Dos

1916 Words
"El momento que da más miedo, es siempre justo antes de empezar. Stephen King." Mina. Lo último que esperaba escuchar, en un momento como este, eran el conjunto de adjetivos calificativos que el hombre guapo me regalaba. Nada agradables, siendo honesta. Mi abrazo no era bien recibido, ni mi presencia. Ni siquiera respirar el mismo aire que este hombre. > Su aroma es tan embriagante para mis sentidos que paso por alto un pequeñísimo detalle. Minúsculo a decir verdad. > -Eres... eres...- comienzo a tambalearme, repentinamente presa de una aversión que desconocía. -El dueño de este lugar, ¿Cómo te atreves a tocarme? ¿Deseas morir acaso? Mi cerebro algo aturdido por este descubrimiento, se digna a alertarme tardíamente que la criatura frente a mis ojos no era nada más ni nada menos que un chupasangre. Un vampiro. Mi r**a y la suya son enemigas mortales. Son siglos de rivalidad entre especies. > Gracias a los astros un sonido lo distrae de lo que sea que cruzara por su cabeza al mirarme. Tiemblo. Irónicamente me había convertido en una intrusa en la boca del lobo. - ¡Thanos!... ¡¿Estás aquí!? Él toma bruscamente mi mano lanzando una maldición al aire. Da una rápida mirada a nuestro alrededor y comienza a caminar conmigo casi a rastras. Nos alejamos a una velocidad considerable del área de las caballerizas. El terreno donde se encontraba la mansión era tan amplio que sus límites estaban marcados por un espeso bosque silvestre. Observo con detalle la blanca mano que toma la mía. El galán que marca el ritmo de nuestra caminata me lleva agarrada con fuerza. Un cosquilleo involuntario se apodera de mi estómago y mis piernas. Creo que me desmayare de la ansiedad en cualquier momento. > Nos detenemos abruptamente. Mis piernas fallan a último momento logrando enviarme de bruces al suelo mohoso. Incluso trago un poco de tierra con mi aterrizaje. -Bien- él mira a nuestro alrededor una vez más, - a partir de aquí te pierdes... no se te ocurra regresar a los límites de la mansión. - ¿Qué? ¿Dónde estamos?- pregunto desconcertada. Bien podría tener la decencia de al menos explicarme hacia donde rayos quiere que me vaya. -Lárgate - responde brusco. - Desaparece. - ¿Disculpa? No es necesario que haga una revisión de la antipatía que mi compañero posee. Entiendo que para él debe ser difícil el aceptarme... - ¿Eres idiota? ¿No ves que es lo que no encaja aquí?- nos señala a ambos con rabia. Niego, no quiero saber qué es lo que tiene para decirme. -Es una pérdida de tiempo, esfúmate lobita. Lo que sea que tu ilusa cabeza este maquinando... pues no sucederá. Si hacemos un minuto de silencio se puede oír el resquebrajo de mi corazón en este frio bosque. - ¡Espera, no corras! - lo sigo apenas decide abandonarme. Un frio "no me sigas es pronunciado por sus bonitos labios" pero no obedezco. Él se gira tan enojado que finalmente comienzo a imaginar mi funeral. Se acerca un par de zancadas y mirando fijamente mis ojos habla. - ¿Necesitas un rechazo formal lobita?- mis ojos se abren desmesuradamente. Oh no. Él no debe conocer sobre nuestra cultura ¿o sí?, - Bien. Yo Thanos Allegheny Corfú te rechazo a ti... Mi respiración se detiene pero reparo en el insignificante detalle de que él no sabe mi nombre. ¡Aleluya, él no sabe mi nombre! Ese será el único y debilucho rayito de esperanza que brillara para mí. O eso creía. -Dilo... di tu nombre- exige. Pero mis labios han sido sellados por la fuerza de mi anhelo. - ¿Vas a negarte?- asiento, al borde de un ataque nervioso. Thanos aprieta con fuerza su mandíbula- Es una lástima que haya oído el nombre de las personas que venían a revisar a nuestros equinos...- sonríe con socarronería- ¿no pensaste que dejaría entrar a cualquiera o sí?... Tu nombre es Mi... La desesperación puede conmigo. En un semi ataque de pánico, lo tacleo tan fuerte y rápido que él no es capaz de prever mi ataque. No dejaría que su rechazo se hiciese efectivo por nada del mundo. Aunque eso significase darnos el peor de los golpes de la historia. Una incontable cantidad de hojas y ramas nos golpean con fuerza mientras caemos. Observo las garras de Thanos que intenta aferrarse a alguna de las ramas húmedas pero el suelo esta tan lleno de moho que resbalamos sin freno por el lateral del barranco. Mi hermoso compañero azota su cabeza contra un árbol caído. Y se duerme. Eso es lo último que percibo antes de perder la conciencia producto de su cuerpo cayendo sobre el mío. Despierto nuevamente sintiendo hasta el más pequeño de mis músculos aporreado. ¿Qué cantidad de horas pasarían? Todo a mi alrededor esta gris, la tarde ha caído sin piedad para mi frio cuerpo. Las memorias de las últimas horas me caen como gotas de lluvia. Doy una ojeada a mi alrededor en busca de mi insufrible compañero de ojos esmeralda pero no lo veo. Un dolor comienza a abrirse paso en mi corazón, al rememorar sus gélidas palabras al momento de decidir que lo más simple seria rechazarme. No pensó ni dos segundos en darme una oportunidad... Al menos no te asesinó>>. Intento darme consuelo, me abrazo a mi misma mientras siento el lodo en mi ropa. Tía Julia me daría un sermón larguísimo al ver el estado de mis prendas. Bueno, Tía Julia me regañaría por eso y mucho más. ¿Qué pasaría si le dijese que mi compañero eterno es un chupasangre? Mi sangre se hiela. Lo más probable seria que ella me enviara a algún convento o hablara con Enrique, el Alpha del grupo Elephant. Oh no, eso sí que no. No sería yo quien desatara una guerra entre especies. Pero tampoco sería quien diese el brazo a torcer. Había esperado tanto tiempo y con tantas ansias encontrar a Thanos, que ahora nada podría separarme de él. Excepto, claro, que él optara por asesinarme. Momento... él había tenido la oportunidad de acabar conmigo mientras estaba inconsciente, ¿entonces por qué no lo había hecho? Me levanto y sacudo un poco de todo el lodo que tengo en mis pantalones y suéter. Aspiro profundamente el aire del bosque y percibo los sutiles tonos de menta y limón pertenecientes a mi vampiro quisquilloso. Corro siguiendo su aroma que aún permanece fresco. Thanos me lleva una diferencia de unos cuantos minutos, pero no lo dejare ir tan fácil. *** Una de las peores decisiones que he tomado es esta: Seguir al vampiro hasta su morada. Una bonita vampiresa sale de la casa. No es necesario que hable, sus ojos enseñan todo el daño que está dispuesta a hacerme si doy un paso adelante. Siguiéndola a ella un grupo de hombres se reúne en el exterior. ¿Deteniéndola? Thanos me observa furioso. Quizá en mi afán por seguirle no me di cuenta de lo que me estaba buscando realmente. Junto al más joven de los muchachos sale otra chica, una humana. Aunque ambas tenemos el cabello n***o, el suyo se ondula de una forma tan bonita. Ella tiene el doble de mi tamaño, pero sus curvas son envidiables. Es allí donde reparo y entiendo, es ese el tipo de mujer que le gusta a los chupasangres. - ¡Te dije que no me siguieras! ¡Piérdete! - pronuncia Thanos con tanto odio en su voz que duele. -Escucha... Thanos por favor- ruego para que me dé una chance. Yo no saldría bien librada de una lucha de este tipo, - hablemos, podemos llegar a un acuerdo y... La mujer rubia que se había mantenido al margen durante un par de minutos finalmente decide entrar en acción. Ella endereza su espalda y fija su vista en su costoso reloj de muñeca. -Te daré cinco minutos. O te esfumas de mi propiedad o te atienes a desaparecer bajo el peso de mis garras, niña. La hermosa mujer asiente con la cabeza en dirección a uno de los hombres y luego desaparece por el mismo lugar por donde vino seguida de otro. Thanos y otro hombre de ojos azules se acercan amenazantes. Hasta aquí llegue Diosa Luna, mi corazón tiembla de la pena al aceptar mi derrota. Yo no lucharía contra ellos. Sin percibirlo, la humana bonita de ojos cafés se coloca a mi lado, brindándome su apoyo. Le agradezco internamente, al menos alguien aquí no se dará un festín con mi cuerpo. -Hazte a un lado gorda- Thanos habla enojado a la chica pero sus ojos están fijos en los míos, - no tengo ganas de perder el tiempo contigo. ¿Y conmigo si? ¿Acaso no soy lo suficientemente digna para que él no me eche de este lugar? -No te atrevas a tocarla, - un joven de ojos verdes y cabellos chocolate habla por vez primera. Poniendo en alerta a Thanos de que ni siquiera piense en tocar a su chica. Bueno, no sé si sea "su chica". Pero es lindo imaginar. Mi vampiro quisquilloso intenta acercarse nuevamente pero el chico lo frena en el acto-te lo advertí. Una emoción rara brota en mí. Yo también quiero eso, yo también deseo que alguien me defienda. -Ahora aprenderás pequeñín de mami. La paliza que Thanos propicia a su gente no me deja lugar a dudas de que a mí no me espera algo mucho mejor. Sin embargo mis piernas parecen haberse rebelado contra mi cuerpo y no podía moverme. ¿Qué más necesitaba para entender que ese hombre jamás se giraría a mirarme? Claro, no sin antes pensar en acabar con mi tonta existencia. Mis ojos arden de la decepción. La humana me observa con lastima y decide que es suficiente humillación para mí. Ella toma mi mano y emprendemos viaje. *** La simpática chica camina a mi lado, pero yo no soy capaz de prestar atención a lo que sea que hacía. -Gracias por lo de hace rato- al menos debo ser educada y mostrarle algo de gratitud, - mi nombre es Mina y lamento lo de tu novio. Me dan tanta pena ser, indirectamente, responsable de que el chico que defendió a la humana y a mi haya salido herido. La chica hace una mueca desinteresada pero no me pasa desapercibido el hecho de que sus ojos brillan ante la mención de la palabra "novio". -No te preocupes, supongo que lo superara... ¿puedo preguntar que hacías en esa casa y buscando a ese espécimen indeseable?...- ella arruga su nariz mostrando su aversión por mi compañero- por cierto soy Mikeila y el golpeado es mi... amigo. Mentirosa... No respondo. No tengo ganas. Simplemente callo y seguimos caminando. - ¿Sabes hacia donde nos dirigimos?- pregunta repentinamente. - No conozco esta zona. -A dos kilómetros esta la salida a una de las rutas principales y luego la avenida- explico. - Un placer conocerte Mikeila, a partir de aquí nos separamos. Me encamino hacia el bosque. Silenciosas lágrimas escapan de mis ojos deslizándose lentamente por mis mejillas. ¿Por qué me haces esto Diosa Luna? Un sonido me alerta. El ambiente se impregna de un riquísimo aroma; menta y chocolate, que se parece demasiado al olor de Thanos. Pero no es él. -Hola... Es lo último qué recuerdo al momento de caer dormida.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD