Tanto Zuberi como Brida se encontraban completamente desnudos. Esta vez, el rey se colocó boca arriba y dejó que Brida se sentara sobre su abdomen, bajando poco a poco en la zona de la entrepierna mientras apoyaba las manos sobre sus pechos. - Esto… se siente bien – susurró Brida, mientras movía las caderas lentamente. - Debemos relajar las tensiones causadas por la reunión – dijo Zuberi – así es que será una larga noche. ¡Me siento estresado! - Entonces no hablemos de trabajo, cariño – dijo Brida, tomando a Zuberi de su mano para besarla por el dorso – Por esta vez, seamos solo marido y mujer. Zuberi asumió con la cabeza y tomó los brazos de Brida con fuerza, estirándola hacia sí para que sus torsos se encontraran en contacto mientras comenzaba con las embe

