11

627 Words
Le llamé a Caleb, pero nunca me respondió. Le dejé varios mensajes de texto y buzón, pero nunca me respondió. Llevaba una semana que no lo hacía. —Creo que lo perdí. Me quejé con Even. —No pienses eso, él esta aun cabreado por lo que pasó. Dale su tiempo. —Es difícil. —Lina. Se paciente. —Lo haré. Pensé en ir a su casa, pero eso era demasiado exceder. Bueno, al menos no, si no estabas dispuesta a perder a tu novio. Cada vez que Bastian intentaba hablarme, yo lo ignoraba. No quería enserio, hablar con él. Había saboteado mi propia relación yo misma, por su culpa. —Lina. ¿Necesitas que haga algo por ti? —Solo mantente alejado de mí. Eso lo hirió. Pero me hirió más ver el rostro de Caleb, sintiéndose traicionado. Le quería y mucho. Y Bastian, solo había traído más problemas a mi vida.   ***   Había terminado el mes de enero y comenzado febrero, y mi novio no aparecía. No sé si realmente seguíamos siendo novios. Lo dejé que se tomara su tiempo, para pensar las cosas. Si realmente quería volver por mí, aquí iba a estar. Las tiendas comenzaban adornar con San Valentín. Y yo sin novio existente. ¿Iba a estar sola para esa noche? Borré ese pensamiento de mi cabeza. No creo que Caleb, solo desapareciera así sin más. Si al menos, quería terminar lo nuestro debía hacerlo de frente, en persona. Y se puso peor. Even me arrastró a un salón para decirme que Bastian estaba enfermo. Que ahora, que lo veo, había días que no lo veía. —¿Se debía a eso? Soy una pésima amiga, enserio y novia. —Deja de quejarte y ve a verle. —¿Debo? Después de cómo lo traté. Lo culpé por la pelea que tuve con Caleb. —Él es un buen chico. Bastian estaba en su casa, debido a que sufrió una intoxicación. Llevé flores. No sabía que rayos llevarle, para disculparme, de lo mierda que me porté con él. —¿Bastian? —pronuncié su nombre cuando entré a su habitación. —¿Puedo pasar? —¿Lina? ¿Qué haces aquí? —Vine a disculparme, por la forma que te traté. Lo siento, no tenías la culpa de nada. —No te preocupes, solo quería ayudar. —Lo sé, solo que no sabía cómo reaccionar. —hice una pausa —te traje flores. —Qué lindo —sonrió. Puse las flores en la mesita junto a su cama. —Gracias. Sonrió. —No hay de que, amigo. Estuve viendo películas en su habitación y su mamá nos llevó palomitas. Se quedó un rato con nosotros para ver una escena. Después me llamó para que saliéramos al pasillo. —Lina, gracias por venir. Quería preguntarte algo. —Si. —¿Se lo dijiste? —fruncí el ceño. Después entendí. —Sobre que ya sabes, su amnesia. Sacudí la cabeza. —No. No creo que deba aún. —Yo tampoco. No sabe que te lo conté, se iba a enfurecer. —¿Cómo ahora? Bastian estaba levantado, y nos miraba con decepción. —No puedo creer madre, que me traicionaras de esta forma. Te pedí, que no le dijeras a nadie. —Hijo, Bastian. Por favor, me preocupaba que algo pasara entre ustedes. Creí que ella lo sabía. Pero me di cuenta que no se lo contaste, por eso terminó su amistad. —No se lo conté, porque fue mi decisión. —Bastian, lo siento. Por no decírtelo. Pero tu mamá no tiene la culpa. Solo quería ayudar. —Traicionó mi palabra. Y tú igual. —Bastian. —No quiero verlas, a ninguna. —Entiende…—me corta. —¿Por qué no entiendes tu? Después de saber lo que me había pasado, aun así, me trataste de lo peor. ¿sigues haciéndolo?, ¿verdad? —No es eso. —Vete, Lina. No quiero verte. Lo hice. Necesitaba descansar y pensar las cosas, mejor. Lo dejé por ahora. Pero íbamos hablar. Y por fin, íbamos a enfrentar el pasado.  
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD