La ballesta y ella se veía insignificantes frente a la enorme bestia que se había posado sobre el muelle, la madera se había roto y todo Elmet se encontraba en llamas menos el castillo.
Ingritt miro al dragón directamente a los ojos, una sonrisa bélica se formó en sus labios y en cuanto dudo en disparar.
«Me miras...como si estuvieras listo para morir» Pensó al ver a la criatura con una mirada apacible empezar poco a poco a abrir su boca.
Claro que no iba morir, pero esa extraña mirada era lo que la inquietaba, tenía la sensación de haberla visto en algún lado.
El Maestre Bartoleo se cubría con los antebrazos del fuego abrazador. Corría sin detenerse hacia donde Ingritt se encontraba apuntando al enorme dragón, dos hombres se encontraban con ella, acurrucados bajo la plataforma en la q
