Anastasia sonrió llena de nostalgia y se miró un momento al espejo, solo pensaba en que su abuela se había ido y era su cumpleaños número dieciséis. Ella no podía pasar por encima de las órdenes de su padre, pero en muchas ocasiones lo deseo.
Respiro profundo.
—Estoy lista—Murmuro nerviosa.
Estaba acostumbrada a las fiestas de la nobleza pero no a ese grado, había personas que jamás en su vida había visto. Y claramente deseaba que el príncipe Kiliam se encontrará allí, pero el viaje se había atrasado un poco. A Anastasia le dolía un poco en pecho, no por enfermedad, sino por sentimientos, le temblaban las manos y las piernas bajo el vestido.
Mientras caminaba por los enormes pasillos con un vestido incómodo y apretado en la cintura, su cabello se agitaba sutilmente en el aire, mientras
