la noche me golpeó la cara cuando salí de prisión, las chicas y yo nos habíamos separado huyendo de la policía , estaba feliz de por fin tener un poco de libertad pero la emoción de estar afuera se desvanecía rápidamente, reemplazada por la fría realidad de mi situación, Había estado encerrada durante años, y ahora, en lugar de sentirme libre, me sentía perdida, Sabía que no podía quedarme en las calles; la policía y la traición que me había llevado a la cárcel seguía acechando en las sombras, y necesitaba respuestas.
Mi primera decisión fue buscar un lugar donde esconderme, No podía arriesgarme a ser detectada, Después de vagar por la ciudad durante horas, encontré un almacén abandonado en las afueras, La entrada estaba cubierta de maleza, como si la naturaleza intentara esconderlo del mundo.
Pero a mí me pareció perfecto, Entré, y el olor a humedad y polvo me recibió, Las paredes estaban cubiertas de grafitis, y el suelo crujía bajo mis pies, Era un refugio, un lugar donde podría planear mis siguientes pasos, Decidí que debía recopilar información sobre quienes me habían traicionado, No podía dejar que la incertidumbre me consumiera, Me senté en una esquina del almacén, con una linterna en mano, y comencé a hacer un esbozo de lo que sabía.
La traición había venido de alguien cercano, de alguien en quien había confiado, Recorrí mis recuerdos, tratando de identificar a aquellos que se habían acercado a mí antes de mi arresto, pues había descubierto que no había sido mi esposo quién me acuso aún así el también es un traidor, La lista era corta, pero los rostros eran familiares: Raúl, Valeria, y algunos otros que habían sido parte de mi vida, La noche avanzaba y la soledad del almacén me envolvía, Saqué un cuaderno que había encontrado en el lugar y empecé a escribir.
_ ¿Quién me traicionó? ¿Por qué? _ Las preguntas giraban en mi mente como un torbellino, Sabía que debía encontrar respuestas, y el primer paso era recordar cada detalle de aquellos días previos a mi arresto, Mientras escribía, recordé la última vez que había visto a Raúl, Había sido una noche cualquiera, llena de risas y promesas. Nos habíamos reunido con amigos, pero había algo en su mirada que me había parecido extraño.
_ Clara, tienes que tener cuidado _me había dicho, En ese momento, creí que solo estaba siendo sobreprotector, Ahora, con la perspectiva que me daba el tiempo, me preguntaba si sabía más de lo que había dicho, El ruido de un cristal rompiéndose en el almacén me sacó de mis pensamientos Me puse en alerta, sintiendo que el corazón me latía con fuerza.
No podía permitir que nadie me encontrara aquí, Miré a mi alrededor, buscando un lugar donde esconderme, Pero antes de que pudiera moverme, una figura apareció en la oscuridad.
_ ¿Quién está ahí?_ pregunté, tratando de sonar más valiente de lo que realmente me sentía.
_ Tranquila, soy yo _ respondió una voz familiar. Era Raúl, La sorpresa y la desconfianza se entrelazaron en mi pecho.
_ ¿Qué haces aquí? _le pregunté, sin poder ocultar mi incredulidad.
_ Vine a buscarte, Escuché que te habías escapado y… bueno, pensé que podríamos hablar _ dijo, acercándose lentamente.
_ ¿Hablar? ¿De qué? ¿De la traición que me llevó a prisión?_ respondí, sintiendo que la rabia comenzaba a burbujear en mi interior.
_ Clara, no es tan simple, Necesitas escucharme _ insistió, su rostro iluminado por la luz de la linterna.
_ ¿Escucharte? ¿Por qué debería hacerlo? ¡Fuiste parte de todo esto! _grité, sintiendo que la desesperación me consumía.
_ Lo sé, y estoy aquí porque quiero ayudarte a descubrir la verdad_ dijo, su tono lleno de sinceridad.
La tensión en el aire era palpable. A pesar de mi desconfianza, había algo en su mirada que me hizo dudar.
_ ¿Cómo puedo confiar en ti?_ pregunté, mi voz temblando.
_ Porque sé que no fuiste la culpable ,Hay más en esta historia de lo que imaginas_ respondió, y en sus ojos vi una chispa de determinación. Decidí darle una oportunidad.
_ Está bien, pero si me mientes, no dudaré en alejarme de ti para siempre_ le advertí, sintiendo que el peso de la desconfianza seguía sobre mis hombros.
Raúl asintió, y juntos nos sentamos en el suelo polvoriento del almacén.
_ Lo primero que necesitas saber es que no estaba solo cuando pasaron las cosas, Había otros involucrados, y no todos eran quienes decían ser _comenzó a explicar.
_ ¿A qué te refieres? _le pregunté, intrigada.
_ Valeria, Ella fue quien comenzó todo, Tenía sus propios intereses, y te usó como un peón en su juego _ dijo, y mi corazón se hundió al escuchar su nombre.
_ ¿Valeria? No puede ser, Siempre pensé que era mi amiga_ murmuré, sintiendo que la traición se multiplicaba.
_ Lo sé, pero ella se movió entre las sombras, Te observaba, y cuando vio la oportunidad, no dudó en actuar_ continuó Raúl.
_ Tu arresto fue solo un paso en su plan.
_ ¿Qué plan?_ pregunté, sintiendo que la confusión se apoderaba de mí.
_ No estoy seguro, pero creo que está relacionada con algo más grande, Cosas que no comprendes _ respondió, su voz llena de preocupación, La revelación me dejó atónita. Necesitaba más información.
_ ¿Dónde está ahora?_ le pregunté, sintiendo que la urgencia comenzaba a apoderarse de mí.
_ No lo sé, Ha estado desaparecida desde que te arrestaron Pero hay algo que debes hacer: encontrar a quienes estaban con ella_ dijo, y su mirada se volvió seria.
_ ¿Y cómo se supone que haga eso? _le pregunté, sintiendo que la desesperanza comenzaba a cernirse sobre mí.
_ Debemos buscar en los lugares donde solías ir, Quizás alguien sepa algo más, Necesitamos encontrar a quienes la conocían_ respondió, su determinación era contagiosa, Así comenzamos nuestra búsqueda.
Durante los días siguientes, nos movimos por la ciudad, visitando viejos lugares y hablando con conocidos, Cada conversación era un paso más cerca de la verdad, pero también un recordatorio de lo que había perdido, Una tarde, decidimos visitar un bar donde solíamos ir con nuestros amigos.
Al entrar, el ambiente era familiar, pero la nostalgia me golpeó como un puño, Mientras buscábamos, notamos a un grupo de personas en una esquina, riendo y conversando, Entre ellos, reconocí a uno de mis antiguos amigos, Leo.
_ ¿Leo?_ llamé, sintiendo que la adrenalina corría por mis venas, Se volvió y su expresión cambió de sorpresa a preocupación.
_ Clara, ¿eres tú? ¿Qué estás haciendo aquí?_ preguntó, y su tono era de cautela.
_ Necesito saber qué pasó, ¿Sabes algo de Valeria? _ le pregunté, sintiendo que cada palabra era un paso hacia la verdad.
_ Valeria… No la he visto en un tiempo, Pero sé que estaba metida en cosas peligrosas, La última vez que hablamos, mencionó algo sobre un trato que no salió como esperaba, además estás loca como se te ocurre salir sabiendo que la policía te está buscando _dijo, su mirada llena de preocupación.
_ ¿Un trato? ¿Qué tipo de trato?_ pregunté, sintiendo que la pieza del rompecabezas comenzaba a encajar.
_ No estoy seguro, Pero había un grupo que estaba detrás de ella, Algo relacionado con dinero y poder, Clara, ten cuidado,No sé qué ha estado haciendo, pero no es bueno y por favor cuidate _advirtió Leo, y su tono me hizo sentir una punzada de miedo.
_ ¿Dónde podría encontrarla?_ pregunté, sintiendo que el tiempo se me escapaba.
_Si realmente quieres encontrarla, deberías buscar en el viejo almacén de la calle 12, Allí es donde solía reunirse con algunas personas_ me dijo, y mi corazón se aceleró al escuchar esas palabras.
_Gracias, Leo, Debo irme _ dije, sintiendo que la determinación se apoderaba de mí, Salí del bar con Raúl junto a mí.
_ ¿Qué piensas hacer? _preguntó, su mirada llena de curiosidad.
_ Voy a buscar a Valeria, Necesito respuestas, y no puedo seguir escondiéndome_ respondí, sintiendo que la adrenalina comenzaba a fluir por mis venas.
El almacén de la calle 12 era un lugar peligroso, La última vez que había estado allí, había sentido una mezcla de emoción y miedo, Ahora, con la traición acechando en cada esquina, esa sensación se multiplicaba, Al llegar, el lugar parecía desierto, Las paredes estaban cubiertas de grafitis, y las ventanas estaban rotas, Me detuve un momento, sintiendo que la incertidumbre me envolvía, Pero sabía que no podía darme el lujo de dudar, Entré, y el sonido de mis pasos resonó en el silencio, El interior estaba oscuro y polvoriento, Caminé con cautela.