Fiel a mi palabra decido ir nuevamente al antro El bajo mundo con la esperanza de encontrarme con mi marido, pero al mismo tiempo me da miedo que Maritza nos descubra y todos mis planes se estropeen antes de poder vengarme de ella. Después de hablar un momento con el señor Lombardi sobre algunos documentos de los que necesito su ayuda, para descubrir a donde fueron a parar todos los desvíos que le hicieron a mi esposo y este prometerme que tanto su contador como su abogado me ayudarían, decido ir hacia la barra y pedir una bebida, cuando siento que una mano se posa sobre mi cintura de forma tan posesiva a como lo hacía Massimo, me giro para ver al dueño de esta y efectivamente se trata de él, se acerca hasta mi oído y me susurra. —Te he estado esperando todos estos días. —Luego muerde u