Vale, esto que dijo sí me tomó por sorpresa, en el fondo esperaba que la maldita respuesta fuera no, que solo uno u otro animal nada más, pero ahí está, diciéndome que sí ha asesinando gente, que quizá esa gente ha sido inocente. —¿Cuántas? —pregunté. Él me iba a responder, pero el ruido de la puerta principal lo impidió. —¡Carolina, llegué! —gritó mamá desde abajo. —Creo que platicaremos otro día. —dijo él, buscando la salida. Lo seguí. —Esto no va a quedar así ¿entiendes? Me vas a tener que contar todo, esta vez te has salvado pero mañana no. —le dije, mientras bajábamos las escaleras en busca de mi mamá. Estaba dejando su bolso en la mesa y buscando algo, al levantar la vista sonrió. —¡Kayler, tanto tiempo sin verte! —se acercó y lo abrazó.—Me tenías abandonada, hijo, eso no se