Ella subió directo a su habitación, quería darse un buen baño para después bajar a cenar, él la miró hasta que entró a su cuarto, vio a mamá Ava y se dirigió para saludarla, tenía días sin hablar con ella. — Hola muchacho, ¿cómo va todo para ti?— dijo la casera. — ¡Excelente! ¿Y tú qué tal has estado mamá Ava?— preguntó Harry. — He tenido días peores,— dijo ella— ésta noche si estarás a la mesa para cenar. — Si, todos estos días atrás estaba bastante ocupado— dijo él. — Si, observo todo a mi alrededor— dijo ella— veo sus entradas y sus salidas, siempre estoy acá. — Ya lo sé mamá Ava, de verdad ese título te va de maravilla— dijo Harry— porque eres la madre de todos acá. — Hago lo que puedo— dijo ella con sencillez. — Ya vengo, tomo una ducha y vengo a acompañar en la cena—

