Perspectiva de Candace
—Candace, ven a mi oficina. Los miembros del consejo han regresado con tu chiquilla —dice Roman.
Sonrío mientras me pongo el vestido y miro al guapo omega con el que acabo de acostarme. No puedo evitar lanzarle una mirada cómplice.
—No le digas a nadie lo que acabamos de hacer, porque si lo haces, diré que me forzaste. Si te portas bien, podríamos hacer de esto algo regular.
El hombre se tensa al escuchar mi amenaza y propuesta a la vez.
—¿Qué hay del Alfa, Luna? ¿No sentirá el dolor de que estemos juntos? —dice él, más por miedo que por lealtad a Roman.
—Déjame preocuparme por eso. Solo recuerda lo que te dije, Samuel. Ahora sal y si alguien pregunta, estabas aquí limpiando.
—Sí, Luna —dice, apresurándose a salir de la habitación.
Mis ordenes para él son la
