Capítulo 5: El pasado

2044 Words
Perspectiva de Connor   Me abro camino a través de la casa de la manada. Cien pensamientos revolotean en mi cabeza. Sé que lo que sucedió estaba fuera de nuestro control, pero ver a Oli tan herida me hace difícil respirar. Me destroza escucharla decir que ya no soy su hermano. Siempre hemos sido cercanos. La amo y me rompe el corazón ser el blanco de su odio. Sé que su enojo hacia mí es porque piensa que no me importa papá, pero sí me importa. Lo amo tanto como ella. También piensa que no estoy enojado con mamá y Xavier, pero está equivocada. Solo he tenido más tiempo para mantener mi ira bajo control. Oli no se da cuenta de los secretos que mamá y papá nos ocultaron. Ese es parte del problema. Papá sabía lo que era mamá antes de casarse. Por lo que me dijeron, la aceptó a pesar de que ella le ocultó un secreto tan grande. Después de que ella quedó embarazada de mí, siempre supo que había una posibilidad de que Oli y yo tuviéramos el gen del lobo. De hecho, estaba emocionado por la posibilidad de que tuviéramos nuestros propios lobos, según me dijo. Él también amaba a mamá y a su loba, Jenna. Él y mamá estuvieron conmigo la primera vez que me transformé. Mamá y papá me llevaron al bosque detrás de nuestra casa cuando comenzó el dolor. Ella me dijo qué esperar unos meses antes de mi primera transformación, pero nada puede prepararte para el dolor. No me malinterpretes, valió cada segundo, pero pensar que eres humano y luego descubrir que eres un lobo te vuelve loco. La mejor parte, además de conocer a Cosmo, fue el orgullo que vi en los ojos de mi papá cuando vio a mi lobo por primera vez. Es algo que nunca olvidaré. Quería contárselo a Oli de inmediato, pero insistieron en que esperara. Ella tenía catorce años en ese momento. No me lo dijeron hasta que tuve diecisiete, pero siempre supe que algo estaba mal con lo rápido y fuerte que era. Mis padres no sentían que ella estuviera lista para escuchar sobre los lobos, habiendo crecido entre humanos. Mirando hacia atrás, eso fue un error enorme. Ahora no sabía cómo Oli podría lidiar con lo que tenía cerca. Si ya había perdido la cabeza por la decisión de mamá, con esto, quedaría loca. Ambos deberíamos haberlo sabido cuando nos convertimos en adolescentes. Deberíamos haber tenido tiempo para adaptarnos al hecho de que éramos diferentes. Oli debería haber estado allí cuando me transformé. Desearía poder retroceder y contarle en el momento en que descubrí que éramos lobos, pero no puedo. Papá y yo tuvimos una larga conversación cuando se enteró de Xavier y mamá. Era gracioso pensarlo ahora, pero él era la voz sensata. Estaba tan enojado, igual que Oli. Insistió en que me amaba y que no tenía que odiar a mi mamá en su nombre. Fue difícil escuchar lo que decía hasta que conocí a Rebecca. Aunque entendía la atracción del lazo, odiaba ver a mi padre tan destrozado. A pesar de todo lo que ha pasado, todavía ama desesperadamente a mi mamá. Mi madre y yo tuvimos una acalorada discusión sobre los compañeros y el dolor que le estaba causando a mi padre. Recuerdos —Connor, sé que estás enojado, pero nunca quise lastimar a tu padre. —Entonces, ¿por qué lo hiciste? Sabías que había una posibilidad de que encontraras a tu compañero y, en lugar de esperar, te metiste con papá y formaste una familia. —No es tan simple, Connor. Mi manada de nacimiento estaba llena de tipos misóginos que trataban a sus compañeras como posesiones. La mitad de ellos abusaban físicamente porque el Alfa lo permitía —dice ella. Su mirada es distante, como si recordara el pasado. —Fue una de las razones por las que mi padre insistió en que nos mudáramos lejos, aunque él era el Beta de la manada. La mayoría de los lobos encuentran a sus compañeros en su propia manada o en una cercana. Cuando nos mudamos a la otra punta del país, nunca esperé encontrar a mi compañero —dice. Ella intentaba llenar el vacío que había causado con sus explicaciones. —Mi padre no era como esos lobos, y no quería que yo  sufriera por el vínculo. Hizo arreglos para que nos mudáramos aquí y el padre de Xavier, que era Alfa en ese momento, nos ofreció portar el olor de la manada pero vivir entre humanos porque no confiaba en los renegados, creía que podrían atacarnos. —Honestamente creía que nunca encontraría a mi compañero. Tienes que creerme, Connor. Cuando conocí a tu padre, sentí una conexión inmediata con él. No era el lazo, pero sabía que podía amarlo. Te juro que cuando conocí a Xavier luché con todas mis fuerzas contra el lazo, pero es imposible —dice ella. —Yo sé que lo sientes así con Becca. Te sientes incompleto cuando están separados. Sientes que ella es parte de ti. Así me sentí desde el momento en que conocí a Xavier. No quería, Connor. Quería que mi amor por tu padre fuera suficiente, pero no lo fue. Todo lo que sentía por él quedó eclipsado por el amor instantáneo que sentí por Xavier. Siempre amaré a Charles, pero se desvanece en comparación con lo que siento por Xavier. Espero que algún día puedas perdonarme —dice ella. Fin del recuerdo Quizá porque había conocido a Becca podía entender un poco más animada mamá. Aún estoy tratando de superarlo. No estoy tan enojado como Oli porque entiendo el vínculo, pero todavía estoy enojado. Mi madre debería haber esperado. Después de nuestra conversación, le dije a mi papá que había encontrado a mi compañera. Estaba encantado. Aparentemente, mi madre le había explicado hace mucho tiempo qué eran las parejas y le insistió que, aunque no estaban destinados, estaban hechos el uno para el otro. Me duele el pecho al pensar en cómo debió sentirse la primera vez que mi madre le habló de Xavier. Cuando le conté a mi papá sobre Rebecca, no se enojó conmigo por irme. De hecho, insistió en que encontrarla era un regalo. Insistió en que fuera al territorio de la manada para conocerla. Está muy emocionado de conocerla, a pesar de su propio dolor. Siempre nos pone a nosotros primero. No hace nada para aliviar mi culpa por dejarlo solo. Ojalá Oli hubiera podido quedarse con él. Después de que Oli tenga su primer cambio, planeo llevarla a ella y a Rebecca a verlo. Xavier insiste en que no es seguro para ella estar entre los humanos todavía hasta que haya obtenido su lobo con toda la ira que tiene sobre la «situación», como él lo llama. Lo he visto ser amoroso con mi madre, pero normalmente es todo un lobo Alfa gruñón. Espero nunca convertirme en algo así. Él insiste en que seré el próximo Alfa por Rebecca, pero no estoy realmente seguro de si eso es lo que quiero. Ni siquiera me di cuenta de que había llamado a la puerta hasta que al abrirse me sacó de mis pensamientos. Mi madre sonríe cuando ve que soy yo. Se hace a un lado para dejarme entrar. Xavier está sentado detrás de su gran escritorio. Inclino mi cuello como Cosmo, mi lobo, me ha indicado que es necesario para mostrar respeto a nuestro lobo Alfa. —Connor, eso no es necesario. Te considero mi hijo y algún día serás el alfa de la manada —dice él. —Con el debido respeto, Xavier, tengo un padre. Sé que ahora eres mi padrastro ya que tú y mamá están unidos, pero eso no cambia que tengo un padre. —Connor —Mi madre menciona mi nombre a modo de advertencia. —No, Evelyn, él tiene razón. Por mucho que desearía que fueras de mi sangre, Connor, sé que eres hijo de Charles. Ahora debe ser importante si has venido a hablar con nosotros a solas. No te he visto sin Rebecca a tu lado desde que se encontraron —dice él. Cosmo se queja y me duele el pecho. —Ella está enojada conmigo. En realidad, está pasando el día con Oli. —¿Por qué está enojada contigo? —pregunta mi madre, su voz llena de preocupación. —Creo que tiene que ver con Oli, pero como Rebecca se niega a hablar conmigo, aparte de llamarme imbécil, no tengo una certeza. Xavier se pasa la mano por la cara, la frustración es claramente evidente en su expresión. —¿Has hablado con Oli? —No diría que exactamente hablamos. Sigue molesta y discutió conmigo. También dijo nuevamente que no tiene madre ni hermano, que es una prisionera aquí hasta que cumpla dieciocho años. También dijo que va a sentarse en su habitación y no salir nunca hasta el día que pueda irse. Mi madre solloza y la abrazo. —Esto es absurdo. Está actuando como una niña mimada —dice Xavier. Entiendo el punto de Xavier, pero él no se pone en el lugar de mi hermana. No puedo contener el gruñido que se me escapa. Sus ojos se encuentran con los míos y bajo la mirada. —Con el debido respeto, ella no es una niña mimada. Le han dado vuelta la vida y la han alejado de una de las personas que más ama en este mundo. Nuestro padre está solo y aunque sé por qué, no hace que lo que nos está pasando sea más fácil. —No debiste haberle dicho nunca que nos casamos —dice mi madre con la cabeza enterrada en mi pecho. —Evelyn, eres mía. No voy a ocultarlo para no herir los sentimientos de Olivia —dice Xavier. —Entonces deberías haberlo mantenido en silencio por los míos. Ella es mi hija y, aunque te ame mucho, ella es mi cachorrita. Ella es lo más importante. Dices que Connor y ella son tus cachorros, pero no la estás tratando como si lo fuera. Matarías a cualquiera que le causara el más mínimo dolor a tu cachorro y, sin embargo, sigues hiriéndola —dice mi madre. —Evelyn… —Empieza a decir, pero mi madre lo interrumpe. Lo ignora y levanta la mano para acariciar mi rostro. —Lamento haberte herido a ti y a Oli. Sé que entiendes por qué está pasando todo esto, pero temo que ella nunca lo hará. Temo que ya la he perdido para siempre —dice mientras su cuerpo tiembla y las lágrimas corren por sus mejillas. —Ella necesita tiempo y comprensión, mamá. Sé que está enojada, pero nos ama. Solo extraña a papá. Quizás podrías dejarme llevar a Oli a ver a papá. Puedo llevar a Rebecca. —No, sabes que eso no puede suceder, Connor. Ella es demasiado volátil en este momento. No podemos saber cuándo se transformará. Si los humanos lo ven suceder, pondrá en riesgo nuestra existencia —dice él. Asiento, pero no necesariamente estoy de acuerdo. Yo me transformé y nadie se dio cuenta. Creo que hay más en su razonamiento de lo que deja entrever. Sé que no quiere que mi madre esté cerca de mi padre, pero ella ni siquiera estaría allí. —Me alegra que Rebecca se haya hecho su amiga. Creo que eso la ayudará a integrarse —dice Xavier. —Creo que realmente deberías contarle todo. Yo tuve un año para prepararme para lo que iba a suceder. Si se transforma antes debido a sus emociones, las cosas serán peores. —Estoy de acuerdo, Connor. Tu madre y yo nos sentaremos con ella tan pronto como podamos lograr que se siente en la misma habitación que yo —dice Xavier. —Tal vez no deberías estar allí. Podría ser más receptiva si solo está mamá. Ella te ve como el enemigo en este momento —Xavier gruñe, pero sé que tengo razón. —Connor, ¿puedes disculparnos? Tenemos algunas cosas que necesitamos discutir —me pide mi madre. Le doy un beso en la frente y asiento a Xavier antes de salir de la oficina. Dios mío, rezo para que Oli nos deje volver. No puedo perder a mi hermana.
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