Igor. - ¿Puedo hacerte una pregunta también? - Pregunto lisa. - Inténtalo. - ¿Por qué necesitas una barba así? - Y, ¿Por qué tú tienes el pelo tan largo? – pregunté sonriendo y pasé su mechón detrás de la oreja. - Porque es hermoso y no me digas que no te gusta. - Si, me gusta. Igual como mi barba. - Sonreí. - ¡Que dices! ¿Cómo lo puedes comparar? Mi cabello es sedoso y suave, y tu barba es ... Por cierto, ¿puedo tocarla? - preguntó Lisa con los ojos ardientes, mirando mi barba. - ¿Hablas en serio? - Bueno, sí. Nunca he tocado la barba de nadie. ¿O es demasiado pedir? - Toca, - dije y Lisa vaciló un poco, pero después de unos segundos de reflexión, estiró su mano hacia mi barba. - ¿Cómo te parece? - Es difícil de explicar. Pensé que sería como una escoba o muy espinosa. -

