Capítulo 19. Cena amistosa. Puedo ver a los doctores entrar y estabilizarlo. No puedo creer que todo este esfuerzo no haya valido la pena; es increíble ver que él aún está en ese estado. Mi madre entra en la habitación y, al ver a los doctores, sus lágrimas empiezan a caer por sus mejillas mientras está en un estado de shock. Me acerco a ella, abrazándola con fuerza para apoyarla; sé que ama a mi padre con su vida y, si de ella dependiera, estaría en su lugar. —¿Por qué? ¿Por qué no reacciona? —Calma, madre, lo hará, tienes que tener fe, él es un hombre fuerte, saldrá de esto muy pronto, ya lo verás. El doctor se acerca a nosotros; después de analizarlo con determinación, nos mira con gran preocupación. —Lucas, es momento; prepararé todo para la operación de tu padre. Mañana por

