Capítulo 81
Ella no debería saberlo
A pesar de sus advertencias, cuando sentí que me podía volver loca si seguía escuchándolo, abrí los ojos lentamente; aunque solo un poco, como para notar que seguía en la misma habitación y que de nuevo estaba cubierta con las estúpidas cobijas.
“Pffffff”
Suspiré, ¡parece ser mi destino estar siempre acostada!
El asistente Juan está sentado justo frente a mí, mirándome fijamente con su parálisis facial.
Aunque el dolor no me permite ni siquiera abrir los ojos completamente, no pude evitar ponerle los ojos en blanco, ¿acaso cree que no escuché cuando me llamaba Sammy y cariño en un tono casi desesperado hace un momento? ¿a quien cree que engaña este tonto?.
Bah, solo déjalo ser, Reginaldo me agrada mucho más, con su sonrisa que habla por él.
Reu
