Un cuento de hadas para dos

en busca de un canino

Pasados un par de meses Itzie regreso a los estudios, aún tenía pesadillas de su agresor, pero lo que más le quitaba el sueño por las noches era saber el destino de aquel perro que la ayudo, aquella noche después de que detuviera al agresor Itzie regreso al lugar para buscar al perrito, estaba segura que le habían disparado, pudo escuchar la detonación y después el chillido del aquel perrito cuando salía corriendo despavorida.

Por días salía a recorrer las calles con su amigo el policía en busca de el perro, pero nunca lo encontraron, las recorridas le hicieron ver a Itzie lo que llegaban a sufrir los perritos, enfermedades, maltratos, hambre

- Ya viste eso

- ¿Qué cosa?

- Ha dejado a un perro amarrado de el poste, quién sabe que tiempo haya estado amarrado en este lugar

- Lo único que puedo hacer por él es desatarlo para que sea libré

- No quiero llevarlo a casa

- Tu mamá te va a regalar Itzie

- Creo que mi madre entenderá, después de todo un amigo peludo fue quien salvó a si hija de ser violada

- Pero tu hermana la más pequeña está enferma ¿No?

- ¿Xenia? Bueno ella exactamente lleva un mes sin enfermarse, una señora creyente le comento a mi madre sobre una virgen milagrosa y bueno nada se perdía con intentar, la llevaron y al parecer sí que es milagrosa, gracias al cielo ya no la hemos internado, además creo les hará bien a Xenia y a Yelitza tener una mascota en casa para que sean responsables y tener quien las cuide

Me alegra que tú hermana este mejor pero vamos cuenta mas de esa virgen que talvez la visite, a ver si así ya me pagan

- Tu siempre haciéndote el gracioso, mejor vamos a desatar al pobre animal

Itzie llevo al perro a casa, a la madre de Itzie Silvana no le gustaban mucho los perro pero después de lo que uno hizo por su hija, no le quedó más remedio que dejar que el perro se quedará, Yelitza y Xenia no cabían de la felicidad, ese perrito era el nuevo bebé de la casa y siempre se esforzaban por tenerlo bien cuidado.

Por otro lado cupido no podía dejar de pensar en aquellos ojos verdes esmeraldas que lo habían atrapado y las visitas a Itzie no lo ayudaban, pues cada vez que aparecía, sponky (el perro que itzie rescató) lo recibía con tanto cariño que lo hacían recordar a aquella hermosa mujer que hipnotizo, trataba de convencer a si mismo que lo único que sentía por ella era agradecimiento por salvar a su protegida

- Cupido no puede enamorarse, sería algo ilógico ya deja de pensar en ella, tengo que enfocarme en mi misión primero

- ¿Otra vez pensativo Cup?

- Claro, como no estarlo cuando cada vez más la humanidad se enamora de lo físico, el dinero y estatus social, podré unir a millones de humanos en un solo día, pero si ellos siguen pensando que es penoso que el novio la lleve en una caracha al cine, o que chico se avergüence de la novia por qué la vio en el súper de cajera, etcétera, etcétera, y por eso terminen su relación, mis uniones no sirven de nada

- Vamos Cup anímate, no todo está perdido

- Y por si fuera poco a Oscar y itzie no he unido, creo que ni siquiera se piensan

- Eso es Cup

- ¿Qué?

- Pensar

- ¿Pensar en quien? Yo no estaba pensando en Itzia, ¿Esta espiando mis pensamientos señor amor?

- Ni al caso tu comentario Cup me refiero a que ya se como hacer que Itzie piense en Oscar y Óscar en itzie

- ¿Cómo?

- Te lo diré si primero me dices ¿Estabas pensando en la Itzia?

- Que le importa señor amor

- ¡hi! creo que alguien han flechado a cupido

- No es cierto