Era una, aparente, mañana tranquila en el reino de Windsor, el reino celebraba el nacimiento de las dos hermosas princesas, Gyda Windsor, la primera princesa en nacer y la hija menor del rey Tyrone, después la felicidad continuó con el nacimiento de Ellen Windsor, la primogénita del príncipe Basil.
Ambas eran preciosas, parecían hermanas de diferente madre y las únicas diferencias radican en que Ellen es rubia y Gyda pelirroja con la piel más pálida, pero el color de sus ojos era realmente idéntico, las facciones.
Pronto la gente del pueblo no pudo evitar comenzar a hablar y sacar sus conjeturas, lentamente en todo el pueblo se escuchaban las mismas opiniones al respecto del nacimiento de estas dulces princesas.
Lo digo en verdad, para mi que esas princesas son hermanas, es mucha coincidencia que sean idénticas, parecen gemelas. - hablaban algunas mujeres del reino.
No puede ser posible ¿Crees que el rey le haría eso a su hijo? - argumento una mujer.
Claro que lo haría, es un rey que odia todo. - dijo un hombre.
Pero una cosa es que sea cruel con nosotros y otra cosa que sea cruel con su propia sangre, no creo que le haga eso a su hijo, imposible. - comentó la primera mujer.
Cierto, no debe ser igual de cruel con su familia. - argumento la segunda mujer.
No se engañen, la basura con perfume sigue siendo basura, ese rey es cruel con su sangre y seguramente con ellos es más cruel que con nosotros, ellos viven con el y buen carácter no tiene. - a este hombre nadie le iba a quitar la idea de que las nuevas princesas eran hermanas.
Pero de ser así ?Basil no haría nada? ese príncipe es el reflejo de su padre y dudo que la infidelidad lo dejara andar por el palacio con la princesa en brazos, seguramente armaría un escándalo. - y a esta mujer nadie la haría cambiar de parecer.
Se escuchaban platicas asi por todo el reino, claro de manera clandestina, siempre a espaldas de la realeza, nadie quería hacer enojar a la familia real con suposiciones, por que hacerlos enojar podía costarles la cabeza y los rumores tampoco debían salir de Windsor, era un secreto, casi como si la gente presintiera que el secreto a voces no debía salir de las murallas de su reino, aunque no entendían muy bien el por qué.
Eran pocos los sirvientes que hablaban sobre lo que pasaba dentro del palacio, estaban confinados a un silencio sepulcral en cuanto dedicaban su vida a servirle a la realeza, pero había pocos rebeldes que se atrevían a no quedarse en silencio y pronto comenzaron a hablar de las princesas.
En verdad, se los digo yo que lo he visto en carne propia, la princesa Ellen es verdaderamente hija del príncipe Basil, todos en el palacio podemos ver su emoción y su afecto por ella. - dijo uno de los sirvientes.
Pero Gyda y Ellen son idénticas… - dijo un hombre.
Lo sé, lo sé mejor que nadie, pero les puedo asegurar que es su hija, es un padre bastante orgulloso de su retoño y Tyrone también se encuentra feliz, así que asumo que también está feliz con su princesa, recuerden que la madre del rey Tyrone era exactamente igual que las princesas. - Ha dicho el sirviente.
Cierto, es que ustedes no lo ven, pero en las pinturas de las mujeres de la familia Windsor podrían ver el parecido que tienen todas. - ha dicho otro hombre quien al parecer también es sirviente.
Por suerte son mujeres hermosas y no como los varones de esa familia que más que guapos caen en lo aterrador. - ha complementado el primer sirviente.
En verdad? - ha preguntado un hombre que se ha unido a la conversación.
Si y me atrevería a decir que esas reinas y princesas, desde la primera, pareciera que fueron robadas de Dager. - El primer sirviente ha dicho esto con una ligera sonrisa en el rostro.
No digas tonterías, te cortaran la cabeza o peor… a tu familia. - ha dicho un hombre.
No, no las robaron, por naturaleza todas parecen reinas de fuego, son hijas de la tierra, pero sus cabellos les dan ese porte. - dijo el segundo sirviente.
En realidad es imposible si todos los sirvientes que decían estas cosas era sobre amenaza para que la familia real dejará de estar en boca de todos, era probablemente sólo parte del plan para que se dejara de lado la idea de que las princesas eran hermanas.
Aunque si hay una verdad rotunda en todo esto, las mujeres de la familia Windsor si eran muy parecidas por naturaleza y eso les daba la oportunidad de esconder la realidad de Ellen.
Importaba poco que la gente del reino hablara, los nobles están acostumbrados a tener que lidiar con esto todo el tiempo, pero lo que verdaderamente es importante es evitar que todo esto salga y los reinos externos se enteren, no podían dejar que se enteraran que Ellen es una princesa ilegitima de Tyrone fruto de la infidelidad con su nuera.
Es más que normal enterarse de escándalos familiares, sobre todo provenientes de ese reino, pero esta sería la primera vez que la infidelidad traería una hija a la corona, es completamente una falta cuestionable.
A nadie en la corona le conviene que se sepa la verdad, las conversaciones dentro del palacio se estaban llevando a puerta cerrada sin los oídos inquietos de los sirvientes, estaban decidiendo el futuro de las princesas, cuando aun sus madres estaban postradas en cama recuperándose del parto, el cual por cierto siempre era tremendamente doloroso, sin algo que aliviara el dolor.
Maldita sea, Basil, deja de ser un niño, si tu vas por el mundo diciendo esto nos vas a arruinar la corona. - Tyrone estaba furioso
Traicionaste a tu hijo, a tu sangre, podrías tener a cualquier sirvienta, a cualquier doncella, a las hijas de las familias adineradas en Windsor, pero no !Tuviste que enredarte con la mujer que amo! y ahora pretendes que yo crié tus errores. - Basil sonaba todavía más molesto.
Lo hecho está y no hay nada que podamos hacer, así que deja de ser un niño y haz las cosas por el bien de tu reino.
Lo dices tan fácil !Eres un maldito cínico! arreglatelas como puedas, no voy a participar en tus asquerosos juegos. - Basil no estaba dispuesto a bajarle a su nivel de voz, se veía cegado por el coraje, su mirada era como penetrante fuego.
!A mi no me vas a hablar así! !soy tu rey y va siendo hora de que lo entiendas! - Tyrone se enfureció más.
Antes de que Basil lograra decir algo para defenderse, el rey Tyrone le ha soltado una bofetada directo en el rostro, fue tanta la fuerza que la cara de Basil parecía desfigurarse para después dejar en claro una marca rojo intenso.