Estos dos primeros años de vida, fueron un total caos para la corona, lentamente se comenzó a fragmentar, el príncipe Basil cada día despertaba lleno de más y más y más coraje, apenas y se dirigía la palabra con su esposa, ni hablar de la mala relación que tenía con el rey, pero era inevitable tener que fingir para que los sirvientes no sé dieran cuenta.
Guardar las apariencias dentro de la corona es algo muy importante, no por manchar la moral o por mantener la integridad de la familia, es más bien por el hecho de que los chismes avanzan rápido y en el momento menos esperado podía llegar a oídos de los otros reinos, dejando así vulnerable al reino de Windsor pues los demás reyes se darían cuenta de los altercados familiares y de las vulnerabilidades qué hay en la corona, de manera que sería fácil aprovecharse en esos momentos y en esas circunstancias.
La mayoría de los siguientes tenían que guardar silencio, había quiénes no lo hacían y terminaban desapareciendo mágicamente, se decía que los mataban pero nunca apareció en sus cuerpos, otros más decían que estaban en un calabozo escondidos, era imposible saberlo y cuando la familia preguntaba por ellos se les decía que simplemente la tarde de su descanso habían salido a tomar el aire y no habían vuelto.
Ya comenzaban también ciertas leyendas de la imaginación colectiva del pueblo, cosas tan mágicas de reales como que esa gente se tenía que quedar en el Palacio para proteger a las nuevas princesas, qué se experimentaba con ellos los dones que tenían las princesas porque eran espectaculares, qué se probaban nuevas armas en ellos porque simple y sencillamente se ocupaban para prácticas, pasaron muchos años para que la gente se entere lo que verdaderamente les pasaba y cómo es que no estaban tan alejado de la realidad, porque si, en efecto, la realidad puede superar demasiado a la ficción y ser aún más cruel y fría de lo que parece.
Ellen ya caminaba siempre estaba sola pero ya comenzaba tener sus clases para hacer la princesa que debía ser, en la reina en la que debía convertirse.
Evidentemente aún no se desarrollaban sus dones por lo que aún no se podía empezar a entrenar eso tenían que esperar a que se despertara.
Que palmente comienza a suceder alrededor de las 5 o tal vez 6 años, pero la princesa Agda se podía dar cuenta y percatar del Don de su hija, hacer una bebé vulnerable podía meter en su mente, hacer y deshacer, y quién sabe puede ser que ese es el motivo de que fuera tan silenciosa.
Las probabilidades eran bastante altas pues ese comportamiento no era normal en una niña tan pequeña, incluso el rey Tyrone comenzaba a desconfiar, no quería preguntarle pues al final era su decisión si quería tener una niña silenciosa y rara, la única vez que es de otra vía mencionarlo ella simplemente comenzó a reírse y decir que todas las mujeres en su familia eran iguales.
Ahora qué la pequeña princesa debía aprender a hablar, no lo hacía, la mayoría de los sirvientes pensaban que era una niña muda, lo cual tampoco era conveniente, una reina sin voz no puede ser reina, desde este momento se podía empezar a hablar de que iba a ser una mala reina si es que llegaba al poder, porque para este punto todos sabían que las dos pequeñas princesas en algún momento de la vida se iban a debatir por aquí al reino, era más que obvio.
Imposible que fuera muda, pues entendía perfectamente bien las palabras, cuando le hablaban ella si hace acaso y a los sonidos expuestos les ponía demasiada atención, pero simplemente prefiero ignorar ala gente a su alrededor y fingir que no están.
- ¿Qué le estas haciendo a la niña? - preguntó un día Basil.
Un día previo a una presentación en el, cuándo noto que la niña llevaba sentada 2 horas sin siquiera mover un pie o un dedo, apenas es parpadeo serán limitados y solo tenía dos años.
- Nada, yo no le he hecho nada y si se lo hiciera es algo que a ti no te importa. - Agda ahora era más altanera que cuando nació Ellen.
- Ciertamente no me interesa porque no me afecta, por la gente está comenzando hablar de ella y hablar de ella significa hablar de mí y no quiero que por tu culpa se hable de mí ¿Entiendes? - Basil contesto frio, con voz amarga.
El amor que en algun momento sintió por Agda hoy estaba convertido en cenizas.
- Ya lo he dicho, yo no le hago nada, ella es así por naturaleza y hablara cuando quiera hablar.
- Más te vale a ti y a ella que comience hacer por lo menos un ruido, porque por si no lo sabes también se está comenzando hablar de ti y de lo mala madre que eres, lo suficiente como para lavarle la cabeza a tu hija y evitar que hable, ahora se dice qué le estás quitando la voz para evitar que salgan los secretos del reino.
- No me interesa lo que hable una bola de ignorantes ya lo he dicho ella hablara cuando quiera hablar.
- Sera mejor que le bajes a la altanería qué has estado teniendo, porque de lo contrario no me interesa perder una corona con tal de tener tu cabeza ¿Entiendes?
Basil tomo fuertemente a Agda del brazo y con la mano que tenía libre tomó su barbilla, le dijo esto tan cerca del rostro, que parecía un animal amenazado a su presa, Agda en efecto sintió algo de miedo e intento retroceder ligeramente, sabía perfectamente que ese hombre estaba loco, qué los guardias que lo seguían tenían el mismo Don mental y que si el intentaba hacer algo iba a ser peor para ella, así que simplemente guardo la calma se limito a sonreír, así de simple sin decir nada.