Capítulo 5

770 Words
Laura- Tengo en mi memoria los mejores recuerdos de mi niñez. Recuerdo cuando nos sentamos en la cocina con María mi hermana y mi mamá cocinaba. Ella siempre fué una mujer muy feliz, bailaba y cantaba todo el tiempo, no teníamos tanto dinero como lo tuvieron años después, pero si había mucha felicidad en el aire. Mi mamá cocinaba y hacía el aseo de la casa ella misma no como ahora que tiene empleadas para todo. Dicen que los aromas quedan grabados en la memoria y con ello pueden acarrear buenos o malos recuerdos. Creo que es verdad ya que cada vez que siento el olor al arroz con leche y canela me transporta inmediatamente a mi niñez, de un momento a otro me encuentro sentada en la cocina de nuestra antigua casa, escuchando a mi madre cantar esa canción que cantaba Selena , esa que dice " como la flor con tanto amor, me diste tú se marchito" mi madre tenía una estupenda voz. Ella bailaba sosteniendo su cuchara de madera en la mano y usándola de micrófono, de vez en cuando revolvía el arroz y de pronto se daba vuelta como toda una diva de la canción. También cantaba otros temas pero ese es el que más recuerdo. El olor al arroz hirviendo en leche con azúcar y luego cuando lo ponía en pequeños pocillos cubriendo las porciones con canela era el mejor de los olores y aún hoy lo es. Yo creo que ese postre lo inventaron para agasajar a los mismos Dioses. Son de los mejores recuerdos que aún guardo junto a mi mamá. Pocos años después comenzaron los problemas y poco a poco se fue esfumando la felicidad que había en el hogar. Mi papá llegaba tarde cansado , siempre cansado, mi mamá le reprochaba el poco tiempo que compartía con nosotras, ella siempre le decía que estaba agradecida de lo mucho que trabajaba para el bienestar de todos pero de qué le serviría si no le disfrutaba junto a nosotras. Comenzaron a pelear con más frecuencia y un día ella comenzó a salir en busca de distracción. Esa distracción un día se hizo rutina y la rutina se volvió aburrida, entonces comenzó a buscar algo diferente y eso lo encontró en alguien más que no eran sus amigas ni mi papá. Era alguien más joven, alguien que siempre estaba dispuesto a satisfacer todas sus necesidades, alguien que disfrutaba de la diversión y la pasión. Ella se consiguió un amante joven que le enseñaba diferentes formas de amar, nuevas formas, nuevas posiciones que nunca antes había experimentado y esas experiencias la llevaban a querer descubrir cada vez más. Intentó recrear toda esa pasión con su marido, mi padre pero el siempre estaba cansado según ella. Recuerdo estar durmiendo en mi habitación con María éramos pequeñas aún yo tendría unos 11 años, debíamos estar durmiendo pero siempre escuchábamos todo. Ella discutía recriminando cosas que no entendíamos muy bien con mi hermana y luego salía de su dormitorio azotando la puerta como endemoniada. Salía al patio y prendía un cigarrillo mientras caminaba en circulos sobre el césped maldiciendo en voz alta. Cuando estaba más calmada entraba y se preparaba una ducha en la tina con sus sales aromáticas. Recuerdo la primera vez que la escuchamos salimos corriendo al baño con María y golpeabanos la puerta frenéticamente mientras llorabamos , pues habíamos escuchado unos sonidos raros como si estuviera gritando por auxilio pero su voz se ahogaba. Mucho tiempo después entendí lo que ella hacia encerrada en el baño mientras se daba una ducha en la tina. Poco a poco mi familia se fué desarmando como un rompecabezas que le van sacando piezas. Hasta el día que mi padre descubrió el porque de sus arranques de pasión, ella estaba aprendiendo diferentes cosas y trataba de reconstruir su relación matrimonial a base de engaños. Mi padre enfureció al saber de sus engaños, pero creo que más enfureció al saber que su amante era un joven de unos veinte y tantos, eso le pegó en lo más hondo de su ego. Se divorciaron al año de eso más o menos, como la empresa estaba a nombre de los dos se dividieron los bienes pero siguieron trabajando juntos. Mamá decidió mudarse al Este y allí establecerse definitivamente y mi padre se fué a Florida al campo, nosotras pasábamos la mayor parte del tiempo en el Este y cuando papá podía íbamos al campo con él. Así aprendimos que tener dinero no nos asegura tener una vida feliz, estábamos mucho mejor cuando solo teníamos una pequeña casa y mi mamá nos cocinaba.
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