29 años después
Keiran hundió el el remo en las frías aguas del rio, la mañana estaba fresca y despejada, y a pesar del frio le encantaban las mañanas como aquellas, con la neblina cubriendo las copas de los arboles del bosque a las orillas del rio pues adquiría un aspecto místico, sus ojos de color avellana recorrieron las orillas deleitándose con el paisaje, la tranquilidad que el sentía al contemplar eso no tenia comparación pues disfrutaba de las cosas que la naturaleza le mostraba.
Se podría pensar que por sus gustos era alguien tímido y un poco debilucho pero a sus 29 años era alto, muy fuerte y tenia una fuerte confianza y seguridad en si mismo ademas tenia una complexión delgada y atletica y con su cabello n***o azabache y su tez ligeramente morena, aun y con eso no se consideraba muy apuesto pero su percepción sobre si mismo no era correcta ya que había ganado el corazón de varias damas que lo habían pretendido pero las había rechazado cortésmente ya que no creía que alguna de ellas fuera la indicada, al observar esto durante mucho tiempo sus amigos le hacían múltiples bromas con ese tema alentandolo a elegir su propia cueva para vivir como los ermitaños de las historias, el con gracia se reía y les cambiaba el tema ya que el consideraba seriamente eso en su futuro, cómo los elfos que eran uno con la naturaleza, le atraía estar en los exteriores, durante sus viajes había visto a los elfos mas de una vez cabalgando a la orilla de los ríos y lagos que el acostumbraba cruzar con su bote, o muy raras veces en los pequeños poblados comprando vivieres, era una r**a orgullosa y con modales fríos, todo lo contrario a la r**a de los enanos que eran muy alegres y vivarachos, a estos los veia con mas frecuencia pues comerciaban sus productos de joyería y herrería en todo el territorio y tambien a diferencia de los enanos jamas había visto que alguno de los elfos sonriera , siempre estaban serios y callados, eso le hacia pensar que había muy pocas cosas en la vida de los elfos que realmente los hiciera felices.
Pensando en ello su padre vino a su mente, el era la mano derecha del comandante del ejercito del reino humano, a veces le enviaba cartas contándole las batallas que libraba y lo interesante que era estar viajando continuamente, pero de relatos no se podía comer por lo que keiran debía procurar la supervivencia del resto de su familia y cuando cumplió 18 años había aprendido a pescar y después a hacer negocios, era muy bueno en eso o al menos asi lo creía el pues su familia vivía cómodamente, eso lo procuro desde que su madre había tenido un accidente en el cual se había roto su brazo y tuvo que dejar su trabajo de tejedora y sus dos hermanos pequeños de 7 y 5 años aún eran demasiado pequeños para trabajar razón por lo que se esforzaba por trabajar bien y sacar el mayor provecho a su comercio por cuatro pueblos, incluso había dias en los que no regresaba a casa pero cuando podía regresar siempre lo hacía con su ganancia y una gran sonrisa.
Mientras navegaba comenzó a silbar una alegre canción que había escuchado de los enanos, eso hasta que se pusieron demasiado borrachos para seguirla entonando, asi que la repetia una y otra vez donde el recordaba que se habían quedado aunque no duro mucho pues un relincho lo interrumpió, rápidamente volteó a la orilla atraído por el sonido y alli justo en el borde del agua había un elfo blanco al lado de magnifico caballo de color miel, el elfo no le prestaba atención en lo absoluto al muchacho pues estaba ocupado en sujetar unas cosas a la silla de su caballo, keiran en cambio no pudo evitar mirarlo, la belleza de esas criaturas era algo que no se podía ignorar, al igual que la increíble gama de colores que tenia la larga cabellera caracteristica de los elfos, el había visto a elfos con el cabello pelirrojo que parecía fuego y este no era la excepción pues su largo cabello era rubio platinado casi blanco, al parecer el elfo había sentido la mirada por lo que volteó hacia keiran y lo miro fijamente, la cara del elfo era una mascara sin emociones, inclinó levemente la cabeza en señal de saludo a lo que respondió de la misma manera, no era sensato ignorar la cortesía de los elfos, pero aun asi el elfo lo vigilo con un poco de recelo hasta que la barca se alejó, entonces subió a su montura y volvió al interior del bosque.
Cuando cayo la tarde llego al ultimo pueblo que visitaba antes de volver a casa, el lugar se llamaba neis, era un pueblo un poco inusual pues se situaba a la mitad de un lago sostenido a cuatro metros encima del agua por gruesos pilares en cada una de las casas, y por lo mismo que estaban a la mitad del agua no cultivaban nada pero su pescado era muy fresco, al llegar a uno de los pequeños muelles instalados a ras del agua ato la barca a los pilares y después de dar el pago por el lugar ocupado subió el tramo de escaleras para llego a la parte alta, en ese momento reinaba un buen clima pues estaba soleado y la mayoría de los niños del lugar estaba afuera corriendo y jugando, las señoras tendían las ropas al sol y los hombres pescaban o revisaban sus anzuelos y redes, la vida de ese lugar era sencilla y pacifica, se fue hacía uno de los lugares del pueblo, al pasar la gente lo saludaba pues ya era conocido, el sonreía a todos y devolvia el saludo de vez en cuando preguntando por la salud de quienes mas conocía, finalmente llego a su destino, la tienda de la señora Jia una mujer robusta y amable de grandes ojos marrones que desprendían una mirada maternal y cariñosa, al entrar se encontró con el mismo escenario de siempre, la tienda era un desastre de objetos, no había nada de un solo tipo aunque las cosas exhibidas siempre llamaban la atención de keiran, en cuanto la mujer lo vio abrió sus enormes brazos
-¡Keiran que gusto verte!-
lo abrazo fuertemente casi asfixiándolo con el abrazo
-ya estaba preocupada tenias cuatro días que no venias-
el asintió sonriendo mientras bajaba las bolsas
-la tormenta del otro dia me hizo imposible venir, la corriente de los ríos era demasiado traicionera y no quise arriesgarme-
la mujer lo tomo de los hombros
-lo bueno es que estas bien ¿Que me traes ahora?-
el sonrió con ganas y comenzó a sacar bolsas de cuero bien atadas
-el pedido de siempre y unas cuantas perlas que mis hermanos recogieron-
su familia vivía cerca del mar por lo que era costumbre nadar en el y buscar perlas, la dama las estudio ligeramente, jamas le entregaba mala mercancía así que confiaba bastante en el
-están bien, pero cuéntame¿ que tal esta tu familia?, ¿Tu madre se está recuperando bien?-
keiran iba a responder pero en ese momento entro una persona y con el una fuerte ráfaga de aire
-el clima cada dia esta peor-
le comentó el extraño a la mujer mientras se inclinaba saludándola, el muchacho noto que se le hacia tarde asi que tomo sus bolsas
-dama Jia otro día pasare con mas calma no será que me agarre otra tormenta de regreso –
la mujer asintió sonriendo, dejo un momento a su cliente y se le acercó para darle otro abrazo
- ve con cuidado muchacho estos cambios repentinos de clima no auguran nada bueno-
le entrego un saco de monedas pagándole por sus productos y tambien un saquito de piel que al tacto estabaesponjoso-
-¿Que es esto?-
le pregunto a la mujer, esta sonrio
-el otro dia un comerciante trajo esto a ver si podía cambiarlo por unas cuantas cosas, parece que esta hecho por elfos y se cuanto te gusta coleccionar estas cosas-
keiran saco el contenido del saco, era un anillo muy delicado de plata, en lugar de ser el aro que siempre veía era un aro tejido con delgadísimos hilos de plata y tenia engarzadas pequeñas piedras de color blanco que tenían un matiz tornasol
-dama jia no puedo aceptar esto, seguro ha de valer bastante-
ella negó con la cabeza
-no hay nadie que pueda pagar por esto, ademas hace unos dias fue tu cumpleaños si no mal recuerdo, conservalo por mi –
el la abrazo de nuevo
-gracias, lo cuidare mucho lo prometo-
volvió a meter el anillo en el saco y recogió sus bolsas -nos veremos pronto-la dama asintio mientras lo despedía con la mano, keiran salio de la tienda de regreso a su barca, pero al salir noto algo diferente, el clima había cambiado drásticamente, se había nublado y hacia viento-muchacho vuelve rápido se aproxima otra tormenta-un anciano señalo el cielo por el que se paseaban velozmente gruesos nubarrones se movían con rapidez hacia el pueblo-gracias ya iba partiendo-casi corrió de regreso y como si hubiera algo persiguiéndolo desato la barca y comenzo a remar , el agua del lago que siempre estaba de color turquesa y muy clara ahora estaba revoltosa y sucia de la tierra que se había levantado con las corrientes de los rios , maniobrando con el remo se impulsó con rapidez hacía la entrada de un rio pues si llegaba la tormenta antes de que el pudiera salir las corrientes de los ríos que alimentaban al lago se volvían fuertes y no dejaban que navegara sin volcarse, asi que el iba a aprovechar mientras estuvieran tranquilas, remando lo mas rápido que podía puso rumbo a la entrada de uno de los ríos respirando aliviado cuando comprobo que la corriente aun estaba en calma.