Los ojos de Cedric estaban sobre cada movimiento que hacía su adorable humano, desde la forma en que su pecho se levantaba al respirar, como acomodaba inconscientemente los servicios y la servilleta frente a él, y la forma en que movía el vaso de agua como su buscara un ángulo en especifico. Cualquier simple gesto que Archie hacía, Cedric lo observaba con interés, bebiendo de la figura de su pareja enlazada. No había mentido cuando nombró cada característica de Archie que llamó su atención, y mientras más tiempo pasaba con él, más cosas iban despertando el interés del vampiro. Archie White era tan diferente a las personas con las cuales estaba acostumbrado a tratar. La mayoría de los humanos, o le temían o lo adoraban, al igual que los vampiros de su aquelarre que estaban bajo su manda

