PETER

1600 Words
Esa tarde al salir de mi oficina quería ver de nuevo a la doctora Lasiter. Después de todo yo tenía suficientes razones para estar cerca de ella. Había conseguido que mi caballo tuviera ánimos de vivir -- Estaba agradecido. Y quería ver como estaba Destello. Al llegar a la caballeriza me encontré con varios de los muchachos que ya habían terminado su turno y pasaron "amablemente" a saber el estado de mi caballo. Estuve tentado a pedirles que se fueran. Pero no tenía una razón válida. Así que aproveche el momento para presentarles a la nueva veterinaria. Entré sigilosamente y la bella señorita besaba a mi caballo y le decía: Nos veremos mañana. ¡Portate bien! Esperaba sorprenderla. Quizá acercarme un poco a ella, lo suficiente como para tocar su mano ahora que parecía estar distraída con Destello. Me acerqué lo suficiente como para hablarle al oído con la intención de que cuando ella se volviera hacía mí yo pudiera besarla a mi antojo. -- Estaba seguro que ella lo estaba deseando. Pero me encontré con su mirada al volverse de pronto y ponerse frente a mí. Yo quería sorprenderla y fue ella quien me sorprendió. La mujer tímida que se sonrojo al comprender que estuvo a punto de besarse con su patrón, ahora se notaba segura y cambiada. ¿Que había pasado? Extrañado la miré y sin tapujos le pregunté: ¿Hice algo que la molestara? No -- ¿Porqué? La mujer que estuve a punto de besar y la que ahora veo, no se parecen. Señor Gallager -- Usted es un hombre muy apuesto. Yo nunca lo habia visto en persona -- Cuando lo vi, creí que era otro hombre y no negaré que ese hombre me atrajo en gran manera. ¿Ese hombre? -- Soy el mismo. ¡No!-- El hombre que vi, me hizo soñar por unos instantes con una vida a su lado. En su lugar, el patrón es un hombre que no desea un hogar. A lo sumo tomaría una amante y luego la dejaría cuando ella quisiera algo serio con él. Me juzga antes de conocerme.. ¡No señor Gallager! -- ¡Usted es así! -- Usted no quiere una familia ¡y yo sí! Somos totalmente diferentes. ¿Porque pretender otra cosa? Es mejor las cosas claras desde el principio. El hombre que vi hace unas horas me hizo sentir mariposas en el estómago. Después de saber quién era -- Tomé esas mariposas y las puse en un frasco. Ya me equivoque una vez. Y no volveré a cometer el mismo error. Usted es muy guapo y eso no lo negaré. Me atrajo y no lo negaré. Pero si no deseamos lo mismo, no vale la pena hacerse ilusiones. Como profesional cuente con un excelente desempeño. Como mujer -- ¡No cuente conmigo! Usted está amargada por un desengaño no cree que.. Dígame señor Gallager -- Lo interrumpió antes de que continuara con sus alegatos y le preguntó: ¿Usted está dispuesto a amar y dar amor? El silencio reino en mi boca -- ¿Que le podía responder? Además le llevaba como unos veinte años de diferencia. ¿Porqué discutiria con ella sobre mi vida o mis determinaciones. Me llené de orgullo y le contesté: ¡El amor de una mujer es algo que no necesito! -- Y si deseo una, la puedo tener cuando me plazca. Tiene usted razón -- Puede tener la que le plazca -- ¡Menos a mí! Ella me hablaba con la fuerza del orgullo. El mismo que me llevó a buscar herirla con mis palabras. Bien señorita Lasiter, ya que usted puso sobre la mesa las cosas claras entre los dos. Desde ahora no se preocupe porque vuelva a acercarme a usted como hombre. No tengo ningún interés personal en usted. Y recuerde que se quedara aquí hasta que Williamson se mejore y le voy a exigir esa excelencia de la que habló. Lo comprendo patrón y le aseguro que la tendrá. Bien -- Aclarado todo. ¡Venga conmigo! -- Estaba muy molesto con ella. Me había rechazado y yo estaba seguro que esa bella mujer y yo tendríamos un romance. Pero sabía que tenía razón. Lo único que tendría con ella sería eso -- Un romance y cuando pretendiera algo diferente la dejaría ir. Después de todo se había informado bien. Y las historias de mis relaciones pasadas que no habían sido muchas, al parecer y creo que no me equivoco, ella las conocía. ¡Señores! -- Dije al salir de las caballerizas donde esperaban los muchachos -- Destello está muy bien y la responsable es la doctora Lasiter. Ella se quedara con nosotros hasta que el doctor Williamson se mejore -- Tratenla como merece - Lo dije en tono sarcástico. Tulio que antes había recibido mi orden de que nadie la molestara me miró confundido y no me importó. Le estaba abriendo la puerta a los muchachos para que se acercarán a ella como hombres si se les antojaba. Algo que podía ver claramente en sus caras. Ella se presentó cortes y amable. Su gentileza terminó de molestarme aún más. Porqué significaba que ella también les abría la puerta. ¡A mí me la cerró en la cara y a ellos se las abre de par en par! -- Estaba furioso con ella. Subió en su auto ante la mirada babeante de los muchachos que entusiasmados esperarían su turno para conquistarla. Enojado volví a mi casa y molesto sobremanera me encerre en mi biblioteca. ¿Quién se cree esa mujer para hablarme de esa manera? -- Primero me dice que no. Luego que le gusto y después que definitivamente no tendría algo conmigo y como la cereza del pastel coquetea con los muchachos -- Coquetear -- No fue exactamente lo que hizo. Pero -- No les cerró la puerta en las narices como a mí --Aún no al menos -- Talvez.. Pensando y pensando, tomé el teléfono y llamé a Williamson. Le conté de la excelente labor de su recomendada y me animé a preguntarle: ¿Que le sucedió a la doctora para que repela a los hombres? Ah -- Aclaró su garganta el doctor y dijo: Su prometido era el dueño de una reserva animal muy grande en África. Lo amaba mucho y tenía plena confianza en él. Hasta que descubrió su engaño. No quería casarse con ella. Sólo la usaba para su beneficio mientras tenía sus aventuras tras sus espaldas. Salió muy lastimada de esa relación y luego dos años después se dio otra oportunidad y -- bueno... ¿Que? -- Pregunté intrigado Mi hijo -- Dijo Williamson -- Mi hijo la engaño con una de sus ex. Y también le había propuesto matrimonio. Camila ya no es una niña. Y con su belleza muchos hombres la han cortejado. Pero ninguno le a mostrado el respeto ni le han dado el valor que ella merece. ¡Es una gran mujer y con una enorme capacidad de amar! Pero la han herido y ya no se deja engañar por la primera impresión. Ella quiere algo seguro. A sus veintisiete años, ella desea ser amada y tener una familia. Su familia -- Como la tuvieron sus padres. Llenos de amor y confianza el uno por el otro. Vivió una infancia y adolescencia feliz, hasta que ellos murieron en un accidente y desde ese entonces está sola y -- Talvez señor Gallager le pareció un poco ruda, pero le garantizo que lo que vio con Destello eso es lo que ella es -- Un remanso de amor -- Pero el hombre que desee su corazón tendrá que ser paciente y ganarse su confianza y espero de verdad que sepa amarla como ella lo merece. ¿Y su hijo? -- Pregunté curioso Vive sus consecuencias señor Gallager. ¡Eligió mal! ¡Se caso mal! Y su esposa lo abandonó por otro. Esta en Inglaterra. Lo siento por él.. ¿Y porque ella se quedó con usted? -- Me llamaba la atención que siendo el padre de su ex estuviera a su lado. Imaginé que esperaba que él volviera. Camila me ayudó cuando estuve en problemas económicos por culpa de mi hija y su esposo y no pude pagarles a mis otros médicos y ellos se fueron. Ella se quedó y trabajo a mi lado y me ayudó a levantar la credibilidad de mi clínica de nuevo. Conseguí gracias a eso el trabajo con usted y ella me ha apoyado tanto que la veo como a una hija y por eso la aprecio tanto. Eso significa que lo de ella y su hijo fue hace mucho.. ¡Sí! -- Hace cuatro años señor Gallager. Ella no esperó al ayudarme que él volviera con ella. De hecho, mi hijo la busco cuando se divorció de su esposa. Pero ella lo rechazó. Me dijo que si quería despedirla por rechazar a mi hijo que lo entendía. Pero mi hijo no merecía tal sacrificio. Él se fue y me dejó con el problema. La abandonó a ella y a mí. Siendo su padre. No le importó. Camila se a comportado más como una hija que mis propios hijos. Y es una extraordinaria médico veterinario. Me complace decir: ¡Que es mejor que yo! Sus palabras taladraban mi mente. La había juzgado mal. Ella había sufrido como yo, la humillación y el engaño. Podía entender ahora su actitud a la defensiva. En especial con mis referencias en el amor. Me sentí culpable por ponerla al alcance de los muchachos y me preguntaba cómo podía hacer ahora para protegerla de ellos.
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