Capítulo 1

1278 Words
Mi vida estaba a punto de dar un vuelco que lo cambiaría todo y no sabía hasta qué punto estaba preparada para ello. Mi madre estaba ayudándome a organizar todas mis cosas, las cuales en pocas horas serían trasladas. El palacio sería un extraño lugar para vivir, pero convertirme en princesa era el comienzo de una nueva era y debía acostumbrarme a lo extraño. Terminé en esta situación por culpa de mi padre y esa fiesta a la que fue invitado. Por algún extraño motivo el rey me eligió y hoy soy la prometida del príncipe heredero. En cuestión de horas vendrán por mí y me uniré a la familia real en el palacio. Admito que me resulta bastante chocante la idea, pero teniendo en cuenta de que mi familia está muy endeudada y enserio necesitan ayuda económica. No es un mal sacrificio casarme con el príncipe, ya que más allá de todo, me convertiré en alguien que pueda proteger a mi gente. —Lucía —dijo mi madre de repente. —Mamá, tengo que salir un momento —dije yo y ella pareció entenderme, no era un buen momento. —Por supuesto, me encargaré de todo. No te demores mucho, la limusina vendrá en pocas horas y debes estar preparada. Salí de mi casa con algo de dolor de cabeza, todo esto me tenía demasiado cansada y llevaba días con esta preparación. Acepté este matrimonio porque no vi otra opción, pensé que era mi prioridad ayudar a mis padres. De todas formas el amor no es importante, la persona que amaba ya se había casado con otra mujer y yo no podía hacer otra cosa más que amarlo en secreto. No me interesa volver a enamorarme, pero al menos quiero que las cosas resulten lo más sanas y duraderas posibles para todos. —Lucía —escuché de repente la voz de Cristian a lo lejos. —Buenos días —dije yo mientras me sentaba con cuidado. —¿Qué querías hablar conmigo? —preguntó mientras intentaba acariciarme la mejilla, pero le detuve la mano. El quedó totalmente sorprendido ante mi acto, es la primera vez que tengo la dignidad bien puesta. —De nosotros, es algo que llevo pensando desde hace un tiempo —dije tranquilamente y el arqueó las cejas confundido. —¿A qué te refieres Lu? —preguntó mientras se rascaba la nuca. —Es hora de que terminemos —contesté mirándolo a los ojos y él se puso demasiado serio. —¿Qué estás diciendo? ¿te estas escuchando? —sus preguntas resultaban molestas y su desespero era entendible, el solo me veía como su lugar seguro. —Basta Cristian, no lo hagas más difícil. Lo mejor es que nos separemos de una buena vez y trates de convertirte en un buen esposo —dije algo cansada, la verdad es que todo esto me estaba afectando más de lo que debería y me tenía totalmente ida. —Lucía, no puedes dejarme. Eres mi vida, eres mi todo, sin ti siento que no puedo respirar y no quiero sentirme así —comenzó a decir desesperado, me intentaba tomar las manos pero yo me negué. —Basta, deja de mentir. Ambos sabemos que no me amabas, si me amaras no te habrías casado con ella. Te casaste con ella por su dinero y ahora que lo perdió todo intentas recuperarme, pero no hay nada que puedas hacer —mis palabras podían resultar bastante dolorosas, pero eran reales y honestas. —Sabes que necesitaba el dinero, pero tu eres y siempre seras lo más importante en mi vida. Nada importa más que tu —sus palabras me resultaban dolorosas, siempre era de esta forma que ignorara a su familia. —Tienes un hijo, ¿realmente puedes decir que soy lo más importante en tu vida? —pregunté dolida, me desesperaba su actitud. —Estoy harto, ¿por qué tuve que casarme con Isabel? —preguntó mientras se agarraba la cabeza con las manos— Desde que la conocí mi vida es un infierno —de repente rompió en llanto y yo no supe que hacer o cómo reaccionar ante tal problema. —Deja de decir tonterías, preocúpate por tu esposa y tu hijo, no seas desalmado. Te casaste por interés y ahora te toca ocuparte de ellos —dije con molestia y eso no pareció hacerlo entrar en razón. —Ya Lucía, deja de fingir una moral correcta. No olvides que eres la amante de un hombre casado, la correcta moral no te queda —soltó de repente haciéndome enfadar, le di un golpe en la mejilla. —No creas que tienes el derecho de decirme eso —dije yo molesta. —¿Por qué no? Es la verdad, eres la amante de un hombre casado —siguió diciendo con cinismo y luego se levantó para irse e ignorar mis insultos por detrás de el. Tristemente tiene razón, soy la amante de un hombre casado y no hay nada que pueda hacer para borrar eso. Cristian y yo solíamos ser novios en la secundaria, tuvimos una relación de casi siete años y luego accedimos a la universidad, nuestra relación continuó a pesar de todo. Tenía diecinueve años y estaba en mi segundo año de universidad, cuando supe que Isabel estaba interesada en mi novio. Isabel fue una de mis mejores amigas y era la hija de un poderoso millonario, el tiene una industria de grandes hoteles repartidos por el mundo y eso lo hizo hacerse millonario bastante rápido. Isabel y Cristian se conocieron gracias a mi, ya que ella era mi amiga y el mi novio. Nuestra amistad se terminó cuando ella mostró interés en Cristian y creí que terminar mi amistad con ella era la mejor solución. No pensé jamás que ella se le confesaría y debido a su dinero, Cristian acabó accediendo a casarse con ella. Discutimos mucho cuando me lo dijo y yo no entendía porque me hacía eso, él decía amarme y se casaba con otra cuando tenía la oportunidad. Él me dijo que sería poco tiempo, necesitaba el dinero y cuando lo obtuviese se divorciaría. No soy la mejor de las personas, por ese motivo accedí a quedarme como la amante de Cristian y al mismo tiempo ver su matrimonio con Isabel. Con el paso de los meses todo empeoró. El padre de Isabel cayó en quiebra y perdió todo su dinero, desde entonces Cristian tiene que trabajar para mantenerla. Cuando ella quedó embarazada de Lucio, todo se puso peor que antes y la vida de mi ex novio se fue de cabeza. Muchas veces pensé en acabar mi relación con él, pero al mismo tiempo me da bronca y odio todo esto, saber que usando su dinero pudo separarlo de mí y recuerdo que ser la amante de Cristian me daba satisfacción. Ahora ya no me interesa, puedo ver que ambos se están arruinando la vida solos y no me necesitan en medio para eso. Discuten todo el tiempo, a diario y casi sin descanso. Su matrimonio se desmoronó solo y no me necesitaban para eso, ahora que tomaré un papel importante en el país, ya no me importa Cristian. Me levanté y me dispuse a volver a casa, necesitaba un tiempo para prepararme para este duro día. No imaginaba lo que me esperaba cuando fuera al palacio, pero realmente quería que las cosas no fueran difíciles. Los matrimonios arreglados pueden ser muy duros y realmente no siento ganas de tener que enfrentar una vida difícil. Espero que sea lo que sea que me depare el destino, sea algo bueno y digno de decir: “valió la pena”.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD