La Sumisa Perfecta

Capítulo 2

Narra Daphne.

Hace tres años.

—Ivy, no. No quiero salir a una fiesta. —Quito el libro de mi regazo y me preparo para la gran discusión que tendré con mi amiga.

Estoy discutiendo con mi compañera de cuarto y mejor amiga. Ivy es una chica que le gusta andar en las fiestas de nuestra universidad, mientras que yo soy más de quedarme en casa y leer libros. Además de que tenemos exámenes de final de curso. 

Soy una chica que le gusta prepararse. A Ivy también, pero le emocionan más las fiestas. Ella quiere que vaya a una de esas. 

A las que terminan mal, siempre llevándola borracha o que me abandona por chicos ardientes, como ella los llama 

—Por favor Daph. Es sólo por esta vez. Tal vez encontremos a alguien. —Ivy sube y baja las cejas sugestivamente. —Un chico para ti. Si supieras lo que se siente ¡amigaaaa! —Ivy grita. —Me entenderías. 

—Sí, grita al mundo que sigo siendo virgen. —Le digo con sarcasmo. —Sabes que no me gustan. El ambiente es ruidoso, manos toqueteando a todo el que pasa. —Me quejo. —Es terrible. Además, querrás decir "tú, encontrar algo". —Ruedo los ojos. —No Ivy. No iré.

—Por favor, Daph. Te va a gustar. —Me intenta convencer. 

Ivy ha sido una amistad desde que entré a la universidad. Quiero convertirme en Editora de alguna empresa importante, alguna editorial. Un sueño que quise desde niña, cuando leí los primeros clásicos de libros por primera vez. Me enamoraron en las primeras páginas.

En ese momento me di cuenta a lo que me quería dedicar. 

Conocí a Ivy en la universidad. En una clase que nos tocaba juntas y desde ese momento, somos inseparables. Tenemos un piso en el que vivimos juntas. Todo ha transcurrido correctamente. Excepto por la insistencia de las fiestas, pero ese es otro tema.

[...]

—¿Ves? Te dije que no sería tan malo.

Estamos en un bar. Bebiendo shots de tequila. Al final logró convencerme, y me prometió que no me iba a dejar sola. Cosa que es mentira. Se encontrará con un chico guapo con las hormonas hasta el tope. Y me dejará sola. 

Creo que estoy siendo un poco dramática. Ahora está disfrutando conmigo. La gente no está siendo molesta como normalmente es. Así que me siento cómoda.

No me gusta el ambiente de los bares y discotecas. Ivy siempre me obliga a venir con ella. Nunca lo he entendido. Igualmente, busca a un chico para ella y por consecuencia, me deja sola en un lugar desconocido.

—Vamos a bailar. —Ivy me agarra del brazo antes de que pueda decir que no. 

—No sé cómo. —Estoy nerviosa.

—Solo tienes que dejarte llevar. —Grita para poderla escuchar encima de todo el ruido del bar. 

Y es de algo que me arrepentiré siempre. O tal vez no.

Tal vez este es mi momento. Solo tengo que dejarme llevar, como dijo mi amiga.