Escuché la puerta principal abrirse y cerrarse, luego pasos y voces femeninas que reconocí de inmediato. —La señora Dorothy está preparando el desayuno —dijo Sofia—. Vamos a la cocina primero. Olivia podría estar allí. Una sonrisa se extendió por mi rostro al instante, y me giré hacia la puerta con pura alegría. Parecía que no estaría sola y aburrida hoy. —Buenos días, señoritas. Sus rostros se iluminaron al verme. Zanoah fue la primera en comentar: —Estás radiante hoy. ¿Te acostumbraste a estar cautiva? Solté una risa. —Como no puedo escapar, bien podría vivir con ello. Isabela se sentó a mi lado y entrecerró los ojos. —Llevas el pijama de Odorv. Él nunca deja que nadie use sus cosas, ni siquiera sus hermanos. —Él me prestó su ropa la mañana después de que me secuestró —dije a la defensiv

