Los días en la mansión transcurrieron con una calma aparente, justo como lo habían planeado. Durante ese tiempo, Olivier y Victorie se enfocaron únicamente en encontrar el momento perfecto para ejecutar su plan contra Lucien. Mientras tanto, él aparentaba estar tranquilo, pero en el fondo lo carcomía una inquietud constante. El secreto del embarazo de Lía era una carga que ya no podía seguir ocultándole a Elise. —Despertar a tu lado es un placer indescriptible, Elise. Verte recién levantada es uno de mis momentos favoritos —susurró Lucien con ternura, mientras ella descansaba sobre su pecho. Las últimas noches las habían compartido entre caricias y confesiones. Su relación atravesaba su mejor etapa: había amor, deseo, protección… una conexión profunda que los envolvía por completo. —Yo

