SI yo podía ser rebelde, Elle igual lo podía ser, es por eso que arrastra una de las sillas y se quiere sentar muy, muy cerca de mí. Hacerlo es recordar su boca abierta gimiendo y yo tengo que mover la silla hacia atrás por espacio personal. Nada más.
—Si pretendes seguir con esta farsa para molestar a tu tío, nos descubrirá con facilidad. Casi te desmayas al tomar tu mano Aidan — me explica cansada.
—Porque eso… eso fue de improviso — era la verdad. Pudiese que tenía fantasías con Elle pero el impedimento que resultaba ser mi condición me bloqueaba que fuese... real.
—¿Cómo lo de decir que nos íbamos a casar Aidan Bryrne? ¿Cómo anunciar esa gran farsa? — menciona molesta.
Allí estaba muy equivocada.
—¿Quién dijo que sería una farsa? Tú y yo nos vamos a casar Elle — le afirmo sin duda
