Elle me estaba invitando clara y abiertamente al cumplimiento de mi fantasía desde que la vi en esas piscina, el de tener sexo con ella. Aun así, si algo sabía de Elle es que era astuta, impredecible y a todo parecía encontrarle la vuelta.
—No sé si cumplas tu palabra, eres inquieta y traviesa.
—Contrólame entonces… si puedes. Ya vamos para los seis años y todavía… eres incapaz de hacerlo señor Byrne...
¿Incapaz? ¿Incapaz de controlar a mi empleada? ¿Incapaz de tener sexo por primera vez con una mujer? ¿Yo incapaz? Yo era capaz de hacer lo que se me viniese en gana. Elle me estaba retando con astucia, y yo me aproveché de usar como inspiración las fantasías que ella había protagonizado en mi cabeza para hacer algo atrevido.
Tome la tira de su bata para atarla a la cabecera de la cama.
