Capítulo 16 Verla hablando con otro hombre multiplica por cien el enojo que tenía antes, de no ser por la maldita junta de accionistas la llevaría a un lugar en el que pudiera mostrarle cuan enojado me encuentro. – Prepárate para que vengas conmigo, parece que no puedo perderte de vista – Gia se cruza de brazos y se recuesta en el asiento. – ¿Por qué se supone que no me puedes perder de vista señor Garlini – quiere que le diga cuál es el motivo de mi molestia, pero si lo hago estaría demostrando cuan celoso me encuentro, así que guardo silencio – así que usted puede incluso tener una prometida, mientras que para mí está prohibido el mas mínimo roce con el sexo masculino – Tienes razón, tienes prohibido el mas mínimo roce con el sexo en general, a menos que yo esté presente – Es bastan

