LOS TREINTA

1589 Words
(AURORA IBARRA) PRIMER DÍA DE ENERO Por más que siento que se acercan cambios importantes en mi vida no consigo ver nada sustancial, los sueños son cada vez más raros, pero no paso de ahí, es como si algo faltara, como si algo no estuviera completo, como si algo faltara. ¿Acaso así era? Económicamente siento que voy mejorando, aunque no termino todavía otro de mis escritos, me falta ponerme al día por más de todo lo que avance, mi meta antes de terminar el año no lo cumplí porque recién el 31 a media noche es que termine de escribir mi primer libro, y gane muy bien por todo lo que fui avanzando, pero al confiarme que todo iría bien, subí demasiada información vacía a los libros y empezando el año debía de ponerme al día. Además, que, me sentía tan pero tan confiada que invertí demasiado dinero con la idea de viajar en febrero. Pero, los boletos de avión estaban demasiado elevados. ¿Cómo haría para pagar después? Llego enero en un pestañear, pagué por última vez a mis profesores dos días antes de terminar el año, aunque no quisiera, me preocupaba demasiado enero, porque el dinero que había recibido en diciembre se me estaba acabando y había ahorrado demasiado poco dinero. Una historia terminaba, pero ya estaba publicando otro libro más para obtener un poco más de dinero, que febrero, y marzo se venían con mucha fuerza, más por lo que me faltaba por pagar, quería hacerme un regalo para mi cumpleaños, pero según como se iba manifestando, me da la sensación que no podré hacerlo. Realmente deseo regalarme algo significativo para mis treinta. A pesar de mis miedos, me siento motivada, empoderada porque el primero de enero hice los pagos de mis tarjetas, a estas alturas ya tengo dos bonitas tarjetas de crédito. Ese primero en la madrugada fue muy distinto a los demás porque, salimos a dar vueltas a la calle para que este 2022 sea distinto a los anteriores, pero una parte de mí todavía se sentía desanimada porque Tomas seguía sin hablarme, pero sí que publicaba fotos con ella. Sé que solo llego a su vida para enseñarle amar, pero me duele porque a mí me mando al carajo literalmente, tal vez sea únicamente orgullo lo que tengo, lo que siento. Y aunque me haya dicho que no quiere verme, yo estoy encaprichada con la idea de ir. ¿Por qué no? Quiero conocer el país desde que era una niña pequeña. Eso, por una parte, pero por la otra, es que quiero conocerlo, quiero verlo a la cara, deseo cumplir esos deseos que tenemos, hablar de lo que recordamos, de lo que podemos crear juntos, de lo que podemos hacer mientras esté en su país. Carajo cerro todas las posibilidades conmigo por miedo, porque sentía que no era el momento… No lo sé, y no quiero adivinar, pero me da coraje porque nuevamente quedo en segundo plano. Me cuestioné la idea de que Tomas solo era otro Alberto más en mi vida, pero cuando interactúe con una amiga que también es una llama gemela, pude comprender que no estaba dramatizando, ni exagerando, que, al contrario, estoy en lo cierto y debo de trabajar en mí para que la unión sea una realidad en esta realidad. Sospechar es una cosa, pero saber que es una realidad lo que presiento, lo lleva al siguiente nivel, a uno más profundo, a uno más real y aunque me gusta saberlo, me da cierto temor porque sé que plenamente depende de mí que la relación prospere y según todas mis investigaciones, este tipo de vínculo no es uno cotidiano, sino, todo lo contrario, plenamente debo de trabajar en mí para que pueda ver cambios sustanciales. Digamos tristeza, aunque este mal que me refiera así porque al final de cuentas meterme de lleno en este proceso solo me permite crecer como ser humano y también subir al otro nivel, que es algo que me encanta porque podré llevarlo al siguiente nivel cada conocimiento que obtengo. Pero, ver a mis miedos es como ver directamente a esas situaciones que no deseo ver ni por casualidad. ¿Cómo afronto a mi miedo por la economía? No sé cómo puedo afrontar a mi deseo de tener libertad financiera, pero a la primera que me están exigiendo pagar algo, me rehusó a seguir generando ingresos. Aunque suene horrible, soy mantenida. Es mi realidad y aunque quiero separarme de esa realidad, no puedo hacerla desde el rechazo, la vergüenza, la incertidumbre. Por supuesto que me va costar entender como trabajar en mi libertad financiera, lograr mantenerme sola después de años de vivir a expensas de mi madre. Cuesta muchísimo, pero lo que conseguí desde que acepté mis dones y comencé a escribir, es generar dinero, pero mi propia inseguridad me llevo al rechazo total, los altibajos que viví entre 2020 y 2021, en que comencé a generar ingresos haciendo lo que amo, obtuve muchos regalos del universo, entre ellas mis tarjetas de crédito. El tiempo que trabajé en el sistema, en un trabajo convencional, no conseguí nada, pero unos meses trabajando en algo que amo, obtuve que me den obsequios financieros. Obsequios que ahora debo aprender usar con mucha sabiduría. Todo el mes de enero me enfoque en terminar mis pendientes, más de lo mismo en el mes de febrero, cada vez me faltaba menos para cumplir treinta años y el terror está presente en cada parte de mi ser, tengo miedo de no terminar, de no avanzar como debe ser y que al final tenga que volver a trabajo de oficina, después de todo lo que hice para no volver a cometer este terrible error: enjaularme con completos extraños. Cuando llegamos a marzo me sentí en la necesidad de llorar porque no iba cobrar absolutamente nada, gracias a los cielos en febrero recibí dinero de más que me sirvió para que marzo y abril pueda vivir sin preocupaciones, aunque ya en abril debía moverme en trabajar. En marzo terminé otro escrito, pero me demoré tanto que tengo que esperar para abril en cobrar y lo que más me molesta es que mis gran treinta, no podré hacer mucho, pero lo que sí puedo hacer, es celebrar porque tuve la oportunidad de ponerme al día en muchas cosas, empezando por mí. Me alejé de la app de citas tanto como pude y al no salir no tenía interacción con más nadie que con mi familia, eso está bien, pero cuesta, porque me aburren. No tardamos en llegar al primero de mayo y el miedo me invadió porque no recibía dinero, mi madre no me ayudaba del todo porque estaba mucho más metida en sus cosas, en su trabajo y yo lo entiendo, por supuesto, pero no voy a decir que no me cuesta aceptar que hasta junio no voy a poder ver dinero, me preocupa mucho porque los pendientes en mi tarjeta siguen creciendo y mi impaciencia es mucha. Las cosas no parecían ir demasiado bien como hubiese deseado porque estaba más de veinticuatro horas dando vueltas en el teclado, escribiendo sin parar hasta lograr avanzar un libro que estaba escribiendo, tenía que escribir un libro a la vez porque sabía que, si mezclaba personajes, saldría perdiendo, posiblemente y eso es algo que no me puedo permitir. Le tengo miedo a trabajos convencionales, no ser mi propia jefa me asusta, no quiero hacer el deseo de otros, sé que la pasaré muy mal, sobre todo porque no podré ser feliz ni tampoco podré cumplir con mi misión en esta vida, sé que es algo que no quiero volver a experimentar. Mi aburrimiento fue más fuerte porque volví a la app de citas, pero, alguien de nombre Diego, que conocí el año pasado antes o después de conocer las apps de paga, pude interactuar con él, y me encantó hacerlo porque tuvimos una buena química, aunque fuera un niño. Él volvió a mi vida cuando menos lo imagine, pero le conté una mentira, el año pasado había descubierto en una lectura Akashica que tenemos en común vidas pasadas y que en una de ellas fuimos pareja, pero él se fue de mi vida porque no deseaba nada serio conmigo y en esta vida venía para el perdón, que por supuesto, no tarde en hacer está sanación importante. Hice lo que necesitaba, pero ahora volvió a mi vida y no entiendo porque, Tomas sigue presente en mis pensamientos, pero no volvió a escribirme desde enero, en donde me elimino de sus contactos y yo le pregunté. Creo que esa pregunta le molesto porque me respondió muy sarcásticamente: «Aquí, comiendo con mi pareja». ¿Y yo dónde quedó? Me quejo porque es mi… Ya, basta ya, esto debe acabar. Meses más tarde me di cuenta, en abril, que ya no me aparecía su fotografía ni llegaba mis mensajes, ahí decidí no hacer nada, ya no tenía sentido seguir insistiendo en saber de él cuando está más que claro que yo no le importo, que sí, lo sé, estamos unidos en otros planos, pero eso no importa demasiado cuando en está a él no le importo nada. Suficiente de Tomas por hoy. Tengo treinta, no quince, este lloriqueo termino aquí. En la app de citas conocí a un tal Álvaro que me escribió sin más, comenzamos hablar sin necesidad de la famosa pregunta: «¿Con qué intenciones estás en la app de citas?» Es algo que agradezco porque odio esa pregunta de buenas a primeras.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD