Me quedé congelado en el lugar.
Maldita sea... ¡Eso explica el comentario del "cliente peculiar"!
"S... Señor." Tartamudeé.
Dio otra calada a su cigarro.
De seguro el personal no lo regañaría por fumar, él era el dueño de todo el establecimiento.
Y finalmente, Artem Kravchenko, el objetivo que había estado persiguiendo durante un par de semanas, giró su rostro hacia mí.
"Te llaman Girthy Ry... ¿Es correcto?"
"Sí, lo es."
Tenía una leve sonrisa y extendió el brazo. ¡Qué dedos tan largos! ¡Qué onda! Y un apretón de manos tan firme y sorprendente cuando tuvimos nuestro primer contacto.
Sentí escalofríos en la columna.
"Encantado de conocerte, Girthy."
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"Soy Artem Kravchenko, propietario de este establecimiento".
Me lo dijo mientras me estrechaba la mano firmemente.
¡Como si
