CAPITULO 36 “Un regaño bien merecido”

3701 Words
  (Julio 10, 2013, Cuarteles de Shield, Washington, D.C.) (Steve Rogers/Capitán América)               Seguimos conversando en el comedor, pero yo me pierdo pensando en el peligro que ella corre cada vez que sale del cuartel; pero tiene razón no la puedo mantener encerrada aquí, y después de haber visto lo que sabe hacer, me gustaría saber quién fue el que la entreno, su expediente dice que su padre, un ex marine la entreno, pero hace cosas que ningún marine haría. Me gustaría saber quién la entreno y porque lo hizo de esa manera, desearía que confiara en mí un poco más y me hablara de su pasado, no quiero lo que está en un expediente sino lo que ella sintió, lo que ella vivió. Estaba dentro de mis reflexiones cuando escucho: -podemos ir al cine todo juntos, seria entretenido? Dice Clint -si sobre todo porque Thor, Tony y Steve pasan desapercibidos. –la escucho decir -acaso no tienes ganas de divertirte un rato? – pregunta Nat -la verdad es que tengo mucho trabajo, y si no encuentro clientes a los que les interese invertir en las empresas de Milán, no solo no cumpliré lo que acorde con ellos, sino que perderé mi trabajo, y a mí no me gusta romper una promesa. -nunca has roto una promesa? – le pregunto -trato de no hacerlo, a menos que sea absolutamente necesario o una emergencia. -y cual sería una emergencia según tú? – le pregunto -bueno prometí no salir de estos cuarteles, y la emergencia seria que si no salgo corriendo podrían matarme. -este es el lugar más seguro que hay para ti en estos momentos, princesa y en cuanto a lo de conseguir inversionistas, aquí me tienes? – escucho decir a Stark -gracias Tony pero a que te refieres, no te veo invirtiendo en una fábrica de Chocolates o una perfumería, ni te veo siendo dueño de un hotel de alta categoría como el DuCap. aunque creo que si te gustaría jugar al enfermo con el androide de cuidado médico personal. - Le responde Ahmanet -androide de cuidado médico personal? –pregunta Stark -así es una de las empresas que visite en Milán hace unos androides de no más de setenta centímetros de alto, pero está programado según las enfermedades y horas de medicamento de las personas, está diseñado para el cuidado de personas mayores, que viven solas o que pasan mucho tiempo solas. – le explica -mmm interesante idea, me gusta, claro que debemos tener esa charla de negocios tu y yo. – afirma Stark -ok, como quieras, podemos hacerlo en mi habitación después de comer, tengo mucho trabajo. – le responde -pensé que saldrías a distraerte un poco con todos los demás – le pregunto, no me gustó nada que esté planeando pasar tiempo con Stark en su habitación. -mmm no, yo aclare que estaré ocupada o perderé mi trabajo, tú también has estado ocupado, no sé si tengas planes para después! – me dice claramente y veo que se sonríe, sé que no está molesta por no despedirme de ella ayer, entiendo que este presionada y teme perder su empleo. -mmm problemas en el paraíso? Acaso no le diste su regalo Capitán? – me pregunta Stark. -problemas, porque tendríamos problemas? Me trajiste un regalo? –pregunta ella. Viéndolos a todos y después a mí? -ayer que salimos, Steve no se despidió ni te aviso, y el temía que te molestaras con él por no hacerlo, ya que él te prometió ser atento y considerado, por eso se preocupó mucho, cuando fuimos de misión.-  le explica Bartón, cielos no debió abrir la boca. Yo no quito los ojos de su rostro, y veo como abre los ojos poco a poco con asombro, sé que me reclamara el no ser tan detallista y considerado como le prometí ser al pedirle que lleváramos nuestro noviazgo como se haría en mis tiempos. -STEVE ROGERS!!! – la escucho levantar la voz mientras se levanta y viene a mi lado, yo solo me vuelvo para quedar frente a ella, no me levanto para no intimidarla con mi estatura ya que soy al menos cuarenta centímetros más alto que ella, y sé que merezco los reclamos. -Debo entender que fuiste de misión y no pusiste todos tus sentidos en tu trabajo por estar pensando si me molestaría el que no me dijeras, “voy a trabajar vengo más tarde” como has podido hacer semejante estupidez? – la escucho regañarme y sé que es lo que merezco, pero en verdad, mi cara debe ser un poema, ya que me está reclamando lo que menos me esperaba. -yo… es que te prometí. – pero no me deja hablar me abraza y se sienta en mi regazo. -Pero que tonto, y si por estar distraído te pasa algo? Dime quien me va a cuidar si estoy enferma? Dime quien me protegerá contra el asesino que me busca? Y dime Quien alejara mis pesadillas y me consolara cuando estas lleguen? – me pregunta escondiendo su rostro en mi cuello, yo la abrazo muy fuerte, y veo los rostros de los demás, todos ellos solo sonríen. -vez te dije que ella no se molestaría por no avisarle que salíamos de misión! – me dice Banner -sí; pero no le dijiste que era más probable que se molestara por estar distraído? – Dice Stark. -bueno al menos tiene un bonito regalo para disculparse y tratar de contentarla. – dice Bartón. -pues si fuera yo, lo haría rogar un poco. – escucho decir a Nat entre risas -Gracias por la idea Nat, pero no creo que sea necesario, sé que no volverá a hacerlo, verdad Steve; porque si lo hace me molestare mucho. – dice Ahmanet saliendo de mi cuello y viéndome a los ojos sonriendo, antes de darme un ligero beso en los labios. Yo la aprieto más a mi cuerpo, con ambos brazos, y solo contesto. -así será señora. – le sonrió y le doy un beso en la frente. -y que es eso de un regalo? – me pregunto aun sonriendo. -bueno algo que te compre con ayuda de Stark, lo que agradezco. – le respondí -mmm y cómo fue que te ayudo? – pregunto mirando a Stark. -bueno sé que te gustan las gardenias y los jazmines, pero como estábamos de misión, Tony le pidió a Happy que los buscara para ti. – le respondí sinceramente. -bueno he de entender que dejaste que otro comprara tu regalo para mí? – me pregunta mirándome seriamente, y pienso que cometí un error, pero no me gustan las mentiras, así que fui muy sincero. -Bueno creo que sí, él lo busco todo, pero yo le dije lo que quería para ti. -bueno, aprecio la sinceridad Capitán Rogers, pero ahí sí habría preferido que me dieras una rosa del jardín a que enviaras a alguien a comprarme algo. -Me dice muy seria y se levanta de mi regazo, para volver a sentarse en su lugar, y seguir comiendo. -bueno Tony te espero en mi habitación para hablar de negocios más tarde, tengo cosas que hacer. – dice cuando termina de comer, levantando la bandeja donde trajo su comida, se acerca a mí y me da un beso ligero en los labios; la veo recoger la bolsa donde están las gatitas y alejarse con Anubis a la saga. ­-creo que ahora si está molesta conmigo? – digo viéndola salir del comedor. -tenías que ser tan honesto Rogers, en serio, que no te entiendo!! Quieres ser detallista, pero cuando te ayudamos vas y le dices que el regalo lo compro otro. – exclama Stark -creo que Tony tiene razón Steve, solo debías haberle dicho que le compraste algo en Los Ángeles, nada más. – me dice Banner. -cielos hace tanto tiempo que no hago esto, que solo cometo errores. – -Steve, no te empeñes en hacer las cosas bien, solo deja fluir lo que sientes, dale unas flores, o un oso de felpa, o simplemente llévala de paseo, pero ten en cuenta que cuanto más te esfuerzas o lo piensas, más probabilidades tienes de equivocarte. Y deja de ser tan honesto cuando recibes algo de ayuda, no tiene nada de malo que la recibirla y quedarte con el crédito de una idea romántica. – me dice Nat.               Yo me quedo pensando en lo que me dicen, termino de comer y recojo mi bandeja, antes de salir del comedor, voy a mi habitación y tomo la pequeña cesta con  las cosas que Happy compro por mí; salgo de mi habitación y llamo a su puerta, la cual esta entornada, no me decido a entrar hasta que la escucho decir: -pasa Steve, te estaba esperando. -Me dice -sé que estas molesta, porque no fui yo mismo a comprarte todo esto, pero estaba de misión y no conozco muy bien la ciudad de Los Ángeles, fue por eso que acepte la ayuda de Tony, cuando dijo que podía pedirle a Happy que buscara estas cosas para mí. – le confieso y pongo a su lado la pequeña cesta. -y que fue lo que le pediste a Happy que consiguiera para ti, veamos que contiene esta cesta. – me dice               La observo abrir la el papel celofán que envuelve la cesta, y comenzar a ver el contenido, me siento en una esquina de la cama, cerca de ella, ella saca una a una las cosas que contiene la cesta; la veo oler el perfume de gardenias, y el de jazmines, los aceites de cada uno de esos aromas, las velas aromáticas y hasta un extraño paquete de algo llamado popurrí, con flores de gardenias, jazmines, rosas y fresias, así como clavo y pimienta rosa. Y por último un oso de felpa con un corazón que dice “I love You” No dice nada solo se levanta dándome la espalda, para después volverse y sentarse en mis piernas, mientras rodea mi cuello con sus brazos, y me da un beso, el cual correspondo lentamente, explorando su boca, mordiendo su labio inferior. Cuando por fin nos separamos para respirar la escucho decir -gracias, yo también te amo. – al escucharla solo puedo reír de felicidad. -quieres que te haga compañía mientras trabajas, puedo seguir leyendo la novela que me prestaste? – le pregunto y ella sonríe. - puedes leerla en voz alta para mí? – me pregunta -claro que lo hare, tal y como lo hice mientras estabas enferma, casi termine el segundo libro. – le digo y ella me mira con sorpresa. -vas en el segundo libro, valla que lees rápido, pero dime te ha gustado? Que piensas de la novela?- me pregunta -bueno como te dije, no soy mucho de leer novelas de vampiros y hombres lobo, pero esta me gusta, no es la típica  novela de terror, y como dijiste es un romance, él no quiere condenarla a la inmortalidad haciéndola un vampiro y ella no quiere envejecer para estar siempre con él, ahora la ha dejado pues sabe que él es peligroso para su vida, la ama tanto que prefiere sacrificarse y sufrir y lastimarla o que la lastime su familia, y esta ese chico el lobo, no creo que la ame en verdad, solo esta encaprichado con ella, porque ella sabe lo que es y no lo trata diferente. -mmm valla que la has entendido muy bien, vez que los problemas con la edad pueden surgir donde sea, ella no quiere envejecer, porque al hacerlo terminaría luciendo mucho mayor que el hombre al que ama y morir, haciéndolo sufrir, y él no quiere convertirla porque cree que estaría condenando su alma al infierno, sin entender que solo se vive en el infierno si dejas que este te rodee. -y tú no has dejado que el infierno te rodee, y de ahora en adelante yo evitare que se acerque a ti. – le digo seriamente, recordando lo que se dé su pasado por lo que nos dijo la agente de Thompson de WITSEC. -anda ve por el libro y léeme en voz alta, mientras yo trabajo. – dice levantándose de mi regazo y dándome un beso.                         Yo me levanto y voy hacia la cabecera de la cama, me recuesto con la espalda pegada a ella y tomo el libro que sigue en la mesita de noche. Y comienzo a leer; mientras ella teclea en su computadora, revisa datos y más datos y sigue escribiendo.   Después de dos horas la puerta se abre y veo a Strak en la puerta; por lo que dejo de leer. Ella levanta la cabeza y se vuelve, para decir. -pasa Tony, te estaba esperando. -veo que estas acompañada no quiero molestar. – dice Stark -no es molestia, solo continuaba leyéndole esta novela. Si van a tratar negocios creo que los dejo solos. No quiero interrumpir. – le digo levantándome. -Steve, no interrumpes nada, y no es necesario que te vallas, Tony no me va a confesar sus pecados ni sus secretos, solo hablaremos de negocios. – me dice Ahmanet. -que les parece si bajo al comedor y traigo un poco de café y de esos panecillos rellenos que el Jefe hace para ti, mientras empiezan. –les ofrezco para que puedan hablar cómodamente de negocios. -me parece buena idea, a ver si así puedo probarlos, ya que a mí no me consienten como a esta señorita. – dice Stark riéndose, yo solo sacudo la cabeza y salgo de la habitación dejando el libro sobre la cama.     (Julio 10, 2013, Cuarteles de Shield, Washington, D.C.) (Ahmanet)               Estoy trabajando en mi computadora y escucho a Steve a fuera de mi habitación, sé que lleva un par de minutos decidiendo si llamar a la puerta o no, pero como lo estoy esperando dado que sé que vendrá a disculparse nuevamente, motivo por el cual deje la puerta entornada y no cerrada; sé que fui fría con él al saber que el regalo que me traerá no lo compro él, sino que se lo pidió a Happy, quien fuera Chofer y Guardaespaldas de Tony. Por fin le digo: -pasa Steve, te estaba esperando. -sé que estas molesta, porque no fui yo mismo a comprarte todo esto, pero estaba de misión y no conozco muy bien la ciudad de Los Ángeles, fue por eso que acepte la ayuda de Tony, cuando dijo que podía pedirle a Happy que buscara estas cosas para mí. – me confiesa, sus ojos están tristes y es comprensible que si no conoce la ciudad de Los Ángeles, no podría buscar el mismo el contenido de la cesta, cielos veo su rostro y me doy cuenta de que lo lastime. -y que fue lo que le pediste a Happy que consiguiera para ti, veamos que contiene esta cesta. – le digo con una sonrisa, por lo que él se me acerca y se sienta en la esquina de la cama casi frente a mi silla.               Lo veo observarme tras darme una cesta de mediano tamaño, yo abro la envoltura de celofán quitando el moño primero y sacando la cesta de la bolsa en la que estaba; y voy sacando tomando poco a poco cada uno de los objetos que hay en la cesta; lo primero que me encuentro es un perfume de Gardenia lo abro y lo huelo, me encanta el aroma es esquicito, saco otra pequeña caja y es un perfume de Jazmines, también lo huelo, el aroma es magnífico, pero no tanto como el de gardenias; tomo otra pequeña caja de la cesta y veo que es un aceite de baño con aroma a gardenias, también hay uno con aroma a jazmines, hay dos paquetes de velas aromáticas en ambos aromas, lo que me hace sonreír, encuentro gel de baño en ambos aromas, un par de cremas perfumadas para las manos y hasta un gran paquete de popurrí de virutas de madera de cedro, perfumada con aceites de gardenias y de jazmín, así como pétalos de las esas mismas flores deshidratados, así como pétalos de rosas rojas y fresias, también contiene hojas de clavo y pimientas rosas. Por último tomo un oso de felpa que lleva en sus manos un corazón rojo y que con letras pintadas en dorado dice “I Love You”; llevo el oso a mi nariz, huele a gardenias y jazmines, será porque estuvo dentro de la bolsa de celofán con todo el contenido y adquirió el aroma, no le digo nada, me levanto de la silla en la que estaba ante el escritorio y a pesar de que me paro más cerca de él le doy la espalda, luego me vuelvo hacia él y me siento en sus piernas y rodeo su cuello con mis brazos y le doy un beso, el cual de inmediato el me corresponde, lo hace lento, explorando mi boca, siento como muerde mi labio inferior. Cuando por fin nos separamos para respirar le digo: -gracias, yo también te amo. – solo puedo verlo sonreír, la tristeza de sus ojos ha desaparecido con solo escucharme decirlo, lo quiero tanto, no sé cómo ha logrado entrar a mi corazón, uno que yo sabía hecho pedazos a causa el desamor y el desprecio de mis padres; del desprecio y humillaciones de todos aquellos que me rodeaban; el único cariño que había recibido desde la muerte de Alice, fue el de Bobby y su familia, y hasta a ellos he puesto en peligro, por lo que debo ser cuidadosa, sé que ahora tengo a Steve y al resto de los vengadores.               Cielos Tony se porta como un hermano mayor y Bruce parece el padre comprensivo y cariñoso que toda chica querría tener, Thor a veces se comporta como el tío consentidor, por lo que me da risa, Bartón no sé si es un tío aventurero o un hermano sobreprotector y esta Nat, de quien recibo cariño y comprensión, mismos que debí recibir en su momento de mi madre. Valla en un poco tiempo me hice de una familia, pero sé que debo decirles quien soy en realidad, o este bello sueño de familia se perderá por culpa de una mentira, una mentira que use para mantenerme a salvo del asesino de HYDRA. Todo esto pasa por mi mente solo en segundos mientras veo la deslumbrante sonrisa de Steve y ese brillo de felicidad en sus hermosos ojos azules. Debo decirle la verdad pero temo que al hacerlo lo pierda a él y a cada uno de los vengadores.   -quieres que te haga compañía mientras trabajas, puedo seguir leyendo la novela que me prestaste? –  me pregunta sacándome de mis reflexiones - puedes leerla en voz alta para mí? – le pregunto, pues quiero su compañía. -claro que lo hare, tal y como lo hice mientras estabas enferma, casi termine el segundo libro. – me dice y lo miro con sorpresa. -vas en el segundo libro, valla que lees rápido, pero dime te ha gustado? Que piensas de la novela?- le pregunto, sé que me dijo que no es su tipo de lectura preferida pero lo anime a leerla con una intención definida. -bueno como te dije, no soy mucho de leer novelas de vampiros y hombres lobo, pero esta me gusta, no es la típica  novela de terror, y como dijiste es un romance, él no quiere condenarla a la inmortalidad haciéndola un vampiro y ella no quiere envejecer para estar siempre con él, ahora la ha dejado, pues sabe que él es peligroso para su vida, la ama tanto que prefiere sacrificarse y sufrir a lastimarla o que la lastime su familia, y esta ese chico el lobo, no creo que la ame en verdad, solo esta encaprichado con ella, porque ella sabe lo que es y no lo trata diferente. -mmm valla que la has entendido muy bien, vez que los problemas con la edad pueden surgir donde sea, ella no quiere envejecer, porque al hacerlo terminaría luciendo mucho mayor que el hombre al que ama, y él no quiere convertirla porque cree que estaría condenando su alma al infierno, sin entender que solo se vive en el infierno si dejas que este te rodee. -y tú, no has dejado que el infierno te rodee!! y de ahora en adelante yo evitare que se acerque a ti. –me dice, su rostro se puso muy serio en solo segundos y al ver en su mente, capto la palabra WITSEC, lo olvidaba, la agente Angélica Thompson les conto mi historia, o al menos la que invente para ella. -anda ve por el libro y léeme en voz alta, mientras yo trabajo. – le digo levantándome de sus piernas y dándole un beso antes de volver a la silla frente a la computadora.               Lo siento levantarse y acercarse un poco a mí, siento su caricia en mi hombro y veo su reflejo en la pantalla y lo veo acomodarse recostado en la cama con la espalda recargada en el cabecero, le veo estirar el brazo y tomar el libro del cajón de la mesita de noche en donde lo tenía guardado. Le escucho comenzar a leer; su voz serena y fuerte me encanta; pero como debo trabajar me concentro en lo que debo hacer y a los pocos minutos estoy tecleando como loca los informes y reportes que debo presentar, dando forma a varias ideas para conseguir inversionistas para las tres empresas y sobre todo consigue un inversionista o comprador para el hotel DuCap.   Después de dos horas la puerta se abre y al momento escucho que Steve deja de leer; levanto la cabeza y veo el reflejo de Strak en la puerta;  por lo que me doy la vuelta para decirle: -pasa Tony, te estaba esperando. -veo que estas acompañada no quiero molestar. – dice Stark -no es molestia, solo continuaba leyéndole esta novela. Si van a tratar negocios creo que los dejo solos. No quiero interrumpir. – le responde Steve a Tony, levantándose de la cama. -Steve, no interrumpes nada, y no es necesario que te vallas, Tony no me va a confesar sus pecados ni sus secretos, solo hablaremos de negocios. – le digo con una sonrisa. -que les parece si bajo al comedor y traigo un poco de café y de esos panecillos rellenos que el Jefe hace para ti, mientras empiezan. –nos ofrece Steve, viéndonos a Tony y a mí, le veo nervioso, y Tony solo sonríe, por lo que le dice: -me parece buena idea, a ver si así puedo probarlos, ya que a mí no me consienten como a esta señorita. –Tony se ríe, y yo solo puedo ver a Steve sacudir la cabeza y sonreír, mientras se deja el libro sobre la cama y se dirige a la puerta para ir a las cocinas.          
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