Victoria
Estaba en una sala con el suero conectado en mi brazo, desde que salí del consultorio no intercambiamos palabras con Irina, estaba tan choqueada como yo.
No paraba de hacerme la misma pregunta una y otra vez, que haría, como se lo diría y como lo tomaría Dante. Seguro va a pensar que quiero atarlo, o tal vez dude de que sea verdad, ya que es casi seguro que ni recuerde que estuvimos juntos.
Para poder esperar que me pasaran el suero le dije a mi madre que nos fuimos a pasear, que iba a decirle a mi madre, tenía que hacer reposo, tal vez le diría mi madre que surgió algo y debía volverme antes, si eso haría.
-Irina dime que no me dejaras sola- le dije con la voz quebrada- no sé qué hacer.
-Sabes que siempre voy a estar, seré tía!!! –dijo poniéndole humor a ese día de mierda- s
