CAPÍTULO VII PAT.2

1193 Words
Cerré mis ojos y me apresuré a hablar. — Me acosté con tu prometido y acabo de tener el segundo mejor orgasmo de mi vida hace una hora. — ¡Perra!— exclamó Susan, con sus ojos entreabiertos. La miré con super vergüenza elevada al 10 y cubrí mi boca. — ¿Tú crees que reaccionará así?. Negó estupefacta. — ¡Yo reacciono así! — se sentó sobre la cama de enmedio que es la que le pertenecía a Christian y sacudió su cabeza, como queriendo espantar sus pensamientos. — perra no, amiga, perrísima. — eso no me ayuda. — decirle eso tampoco lo hará. ¡Hum! Sí, tenía un punto. — ¿Entonces?. — entonces dile la verdad, porque apuesto a que no fueron dos orgasmos, creo que fueron más de tres y si contamos los que seguramente tuviste en londres...— comenzó a reír a carcajadas. Sí, era Susan "la ninfómana". Me senté a su lado, recosté mi cabeza en su hombro y Dejé salir un resoplido lleno de frustración. Cindy jamás me perdonaría, porque incluso yo, no era capaz de hacerlo. Pero estaba segura que debía alejarme de él, pues de volverlo a tener enfrente, estaría tentada a repetirlo, y hacerlo mío, de ser suya, y no podía dejar que pasara. Mamá decía, deja que las cosas tomen su curso, ellas al final se acomodarán y sabrás que entonces, habrás tomado el camino correcto, el camino de la paciencia. ¿Paciencia? ¡Claro! Ella era experta, mi padre no era fácil de roer, pero ella, tampoco lo era, para ella era fácil decirlo. Pero yo, ¿cómo controlaba a Aarón y todo lo que me hacía sentir con solo su cercanía, o el roce de su aliento a mi cuello? Era imposible. — de acuerdo. — Susan copió mi suspiro. — tú solo ve y habla con ella desde el corazón, después de todo, es quien siente lo que sientes, si te hiere su indiferencia, aquí estoy yo para hacerte sentir mejor. Sonreí. — ¿Champaña, peluches, pastel, películas y botanas?. — champaña, peluches, pastel, películas, botanas y quizá un estriper.— me guiñó un ojo. No había duda, ella era la mejor. **** **** ¡Bien! ¡Era ahora o nunca! La mañana había llegado por fin, no había podido dormir en toda la noche y tenía mucho miedo, pero debía afrontar las consecuencias de mis actos y lo de anoche, no se comparaba a lo que había pasado en londres, porque en londres estaba ebria y no sabía que él era el prometido de mi hermana, pero aquí, estaba sobria y lo había hecho tres veces con él en el cuarto. Así que sí, era mi culpa. Yo lo había permitido, yo debía ser sincera. Toqué la puerta del cuarto de Cindy, rogando al cielo que él no estuviera ahí, y después de tocar dos veces, la hermosa chica de cabello azabache y ojos azules, abrió la puerta. Llevaba puesta una bata rosa, su cabello estaba mojado y parecía encontrarse de buen humor, porque sin más me dejó entrar en su cuarto. — ¿Estás sola?.— inquirí. Ella sonrió, buscando ropa en su clóset y asintió. — necesito hablar contigo, es algo muy importante y, no sé por dónde empezar. — Tranquila, solo dilo, hay cosas en la vida que solo basta con decirlas sin meditar, para descargar el peso en el cuerpo y en el corazón. Creo que ella estaba pasando mucho tiempo con mi madre. Bajé la mirada hacia el piso de madera, me senté sobre la cama y reprimí mis ganas de llorar. No podía… era demasiado difícil. Apreté mis puños sobre mis mejillas y al levantar la mirada dispuesta a hablar, la ví como ella tocaba sus hombros, acariciaba su cabello y sonreía con cara de adolescente enamorada frente al espejo. — ¿estás bien?. Ella sonrió aún más fuerte y asintió. — ya sé que casi no hablamos, pero necesito contarle esto a alguien, o sino mi pecho estallará. — habló con emoción. Por un momento creí que me hablaron sobre la extraña llamada que había escuchado anoche, pero luego entendí que no. — cuando me comprometí creí que había cometido un error. — se sentó a mi lado y tomó mi mano. — nada parecía más inverosímil que eso, pues Aarón y yo siempre hemos sido los mejores amigos. — un nudo se formó en mi garganta al escuchar su nombre, en especial, de escucharlo salir de la boca de ella. Cindy continuó entre frecuentes suspiros. — incluso ayer me seguía sintiendo insegura de casarme con él, pero luego, en la noche, mientras estábamos dormidos, comenzó a temblar, sudaba helado y me decía que me deseaba… Lo juro, apenas dijo eso, pude escuchar fuerte y claro como mi corazón se partía en muchos micro pedacitos. Su sonrisa iluminaba la habitación, su mirada perdida era tan encantadora como si belleza y no importaba si yo me sentía destruida, la oscuridad en la que yo estaba sumergida no le afectaba en nada, pues ella irradiaba luz con cada palabra mencionada, mientras hablaba de él. — me tocó, me besó como jamás lo había hecho y balbuceaba cosas sobre londres creo, quizá sobre la luna de miel... y al inicio creí que quizá estaba dormido, pero no, no lo estaba y… sé que puede ser incómodo para ti… — ¿Qué? — abrí mis ojos como platos. ¡¿ Me había descubierto?! — Sí, bueno, nunca te he conocido un novio, supongo que nunca has pasado por esto, eres la niña de a familia y… lo siento, Chris, pero necesitaba desahogarme. — ah… no, está bien.— la invite a continuar, aún si mi corazón sangraba adolorido. — lo hicimos. — soltó una risita llena de emoción. — fue nuestra primera vez juntos, me dijo que me amaba y creo que también lo amo, ayer le iba a decir a papá que ya no continuaría con el compromiso pero, ahora me hace feliz saber que estamos a poco tiempo de casarnos. — presionó mi mano y la entrelazó con la suya. — por favor, no se lo digas a papá o a mamá, no quiero decepcionarlos. Me obligué a sonreír. — ellos también lo hicieron de este modo, no creas que llegaron puros al altar. — pues no pero...no quiero que nada arruine esto...me enamoré de Aarón, o creo que siempre lo estuve y hasta ayer lo confirmé. — de la nada se detuvo, cubrió su boca de nuevo y me miró atenta. — tú ibas a decirme algo… ¿Qué era?. Me levanté de la cama y negué sin poder hablar, sentía que si hablaba podría quebrarme en cualquier momento, la abracé y haciendo un esfuerzo sobrehumano, le dije al oído. — lo siento… solo quiero que seas feliz. — creo que ya la encontré. — aplaudió, alejándose un poco de mí —. algún día sabrás lo que se siente. — me volvió a abrazar, gracias por escucharme, Chris, te amo. Y dicho eso, me convertí en cenizas de una. No podía decirme, arruinaría su felicidad. Ahora me sentía peor que antes.
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