(...) Terminamos de abrir los regalos y los guardamos todos en el ático, algunos de los invitados habían puesto incluso cosas para bebé y bonitas dedicatorias. Seguramente de los invitados de su lado de la familia. Fuimos al cuarto de huéspedes, pero aquello sólo tenía una cama, una cómoda y un cuarto de baño. Estaba casi vacía. — podemos usar este cuarto para otra cosa. — susurró en mi cuello, abrazándome por atrás. Mordí mis labios y sonreí. — sí, servirá de cuarto de juegos para el bebé. — el bebé ya tiene su habitación, la podemos usar como nuestro cuarto de juegos. Reposé mi cabeza sobre su pecho y negué. — nosotros ya tenemos nuestra habitación para eso. — coloqué mi mano sobre la suya, la cual acariciaba mi vientre. — pero puede servir para cuando tengamos otro bebé. Se est

