La conversación se prolongó por más tiempo, al igual que la feroz disputa que sostenían los dos hombres en la sala, tan feroz, que en algún momento de su pelea, quebraron el sofá. Mi madre y yo nos dispusimos a ignorar esa pelea de niños y seguimos conversando de diferentes temas, tanto de .i embarazo como de mi familia. Ahora sabía que debía tener tres vacunas indispensables en el embarazo y solo tenía dos. La de la influenza y la del tétanos, me faltaba la de la Tosferina, debía concertar una cita con Lisa lo antes posible. — llamaré a Lisa. — Susan me contó lo que sucedió con Lisa en el hospital, cielo, lamento no haberte mencionado nada sobre ella. >>Lisa es como una hija para mí, cuando perdí a Ángel fue ella quién me ayudó a seguir, lastimosamente con el paso del tiempo

