Rompiendo reglas.
Pensé que ya no me podía pasar nada más terrible ese día. Salí de ese barrio y de inmediato pensé en una forma para regresar a la chica a su hogar sin terminar perdiendo el auto.
—Por fuera tu auto luce perfecto. Pero bien, dicen que las apariencias engañan. —dijo y yo sonreí de pura hipocresía. No sé si estaba siendo irónica para burlarse de mí.
—¿Para dónde quieres ir? —pregunté para cambiar el tema.
—Oye, ¿De verdad me quieres dejar elegir el lugar? —preguntó con picardía. No suelo arrepentirme de mis decisiones
—Sí, puedes hacerlo. Claro, no me lleves a algún barrio peligroso. De resto puedes elegir. —Me creí inteligente por pensar de esa manera, pero lo que no sabía es que esa noche iba a experimentar cosas que nunca antes había vivido.
—Tranquilo, déjame y rev
