¿Confusión? ¿Qué me estaba tratando de decir la vida? Encontraba a la indicada y se comportaba de la forma más insoportable posible. El taxista me dejó en la entrada de mi propiedad y procuré entrar sin hacer ruido. —¿Llegando a casa sin un par de piernas? —susurró Esther, que estaba recostada en el mueble. —¡Hermana! ¿Qué haces despierta? —interrogué quitándome los zapatos. Y revisando los dedos del pie. —Terminamos hace un rato con las tareas de las gemelas y no tengo sueño, dormí casi todo el día. Ahora Arthur está arreglándome una cama al lado de Freddy. —Por estar ocupado toda la tarde había olvidado la situación de Freddy —Voy a verlo ¿Cómo estuvo hoy? Yo me quedaré a velar su sueño, vete tú a descansar a tu cama. —comenté dándome prisa, pero ella me detuvo —Alto allí… No te me

