Mi padre estaba de acuerdo en que estuvo mal lo que hizo. Le entendí, el hecho de que quería vernos a mamá y a mí. Pero no era la mejor manera de atraernos. Lloré junto a él, pero lo perdoné. Le conté a Fred, y aunque se molestó un poco, al final comprendió la situación. —No puedo creer que todo haya sido una farsa, me siento como si estuviera en una película, ¿Dónde están las cámaras? —Lo sé. Papá esta vez, se pasó del límite. —En la mafia se toman muy enserio eso de secuestros ¿verdad? Pareció todo tan bien. —Los hijos de Markov no sabía nada, de hecho, fueron ellos los que ocasionaron lo demás, a mi papá y a Raphael Markov se le salió de la mano el juego. —Entonces ¿todo fue real? —Gran parte sí. —Tu familia, es algo intensa. Sonrío tensa. Y esto solo es el principio.

