Capítulo 3

2329 Words
—Espera, estoy cerca—murmuro con poca voz. —Ya casi Rin—uno de mis compañeros de trabajo murmura y yo solo flexiono más las piernas. —Ya casi estoy cerca—estiro la espalda para que pueda estar más a la altura correcta. —¡Rápido que no aguanto más!—me grita desesperado. —Listo—tomo la caja y con ayuda de Hiten bajo de la espalda de Kabun. —Dios, nadie se imagina que tu cuerpo pueda pesar tanto—ruedo los ojos mientras abro la carpeta. —Deja de quejarte, no es mi culpa que la oficina del conserje este cerrada y no hayas conseguido la escalera—él se cruza de brazos y rueda los ojos. —Bueno—le paso la carpeta y él me mira—gracias—le doy una sonrisa de boca cerrada. —Ya es hora de que me marche, espero y se diviertan—salgo de ahí y busco mi cartera. —Rin, espera—Hiten se acerca y me sonríe. —¿Sucede algo?—pregunto con mi cartera en mi brazo derecho. —Solo... —¿Si?—lo animo a que hable. —¿Quería saber si estas libre este fin de semana?—muerdo mis labios. —Hiten, sabes que lo que paso fue un error. No me gusta ligar lo profesional con lo personal, lo siento—él me mira en silencio. En la sala solo quedamos nosotros y Kabun que anda en algún lugar leyendo su trabajo. —Me gustas mucho Rin—cierro los ojos sin saber cómo rechazarlo y que no sufra. —Lo siento de verdad, pero no estoy interesada en ti—él asiente. —Pero esa noche sentí la química entre nosotros Rin—pongo una de mis manos en sus hombros. —Esa noche no se volverá a repetir porque fue un error que nunca cometo—le digo—me deje llevar, pero eso no se volverá a repetir entre nosotros—me dispongo a caminar, pero él me detiene y sin darme cuenta me besa. Abro los ojos con sorpresa y lo aparto. —Rin, deja que te demuestre... —Nada—lo corto enojada—no me demuestres nada porque nada habrá entre nosotros, buenas noches—camino lejos de él. Aun no comprendo la obsesión que tiene conmigo. ¿Cómo le gusta una persona que solo está con él en el trabajo y no sabe nada de ella? No lo comprendo, al parecer una noche conmigo en la cama lo ha amarrado a mí. Eso no me lo esperaba. Hace tres días fui a entrevistar a Inuyasha Taisho y descubrí que Sesshomaru era hermano de la persona que más se habla en estos días. No lo he visto nuevamente y eso que quería verlo, es una lástima. También el trabajo me tiene muy enfocada a ello, más ahora que se sabe que la secretaria de Inuyasha es en realidad su novia. No creo que sea verdad, yo pude ver la relación de ellos, pero también me di cuenta de que a Inuyasha ella no le es indiferente. Salgo y la brisa fresca de la noche hace que mi cabello se alborote. Los vellos de mi piel se erizan y bostezo cansada. Camino a mi coche y una mano se posa en mi boca haciendo que mi corazón se paralice. Sin medir las consecuencias con mi codo golpeo hacia atrás haciendo que la mano que tapaba mi boca se suelte, doy la vuelta y mi pierna sale volando por reflejos dando en el estómago de la persona. —¡Maldición!—abro los ojos al ver a Sesshomaru en el piso. —Mierda, lo siento, lo siento—me disculpo ayudándolo a ponerse de pie. —Recuérdame nunca asustarte nuevamente—dice con una sonrisa. —¡Estás loco!—le grito sentándolo en el copiloto de mi auto—¿Cómo se te ocurre asustarme así?—le pregunto suspirando—tienes suerte de que no te haya dejado sin pelotas—él se carcajea y me mira interesado. —Al parecer se me escapó investigar si sabias pelear—me cruzo de brazos. —Se defensa personal y un poco de arte marciales—él asiente y luego se levanta. Es más alto que yo por lo que levanto la mirada. —Hola. Rin Hitashi—de un momento a otro una tensión extraña se establece a nuestro alrededor. —Sesshomaru Taisho—saludo con una pequeña sonrisa. —El mundo es muy pequeño—murmura él sonriéndome. —¿Qué te trae por aquí?—pregunto dejando que mi peso caiga sobre el coche. —Tú, aquí no hay nada más que me interese—trago en seco porque algo que define a este hombre es lo directo que es. —Muy directo—susurro con una sonrisa. —Siempre, ¿me dejas invitarte a comer algo?—lo miro y asiento. —Te sigo en mi coche—él se aleja y lo veo subirse a lo que supongo es su coche y hago lo mismo. Lo sigo emocionada, pero no grito ni hago nada extraño. Sesshomaru se detiene en un pequeño restaurante cerca de la playa y que es hermoso. —Vamos—me ayuda a salir del coche y miro todo. —No sabía de este lugar—nos sentamos en una mesa—no parece un lugar muy elegante para ti—comento de manera distraída. —Me voy más por lo sencillo—asiento de acuerdo a sus palabras. —Entonces... —Lamento aparecerme así luego de que te dije que iría por ti—me dice—mi cuñada está loca y termine en prisión por su culpa—cubro mis labios con las manos. —Ella me agrada—comento distraída. —A mí también, creo que es perfecta para Inuyasha—dice de repente. —Lástima que parece que se odian cuando están juntos—le digo y me extraña. Es la primera vez que estamos hablando así y hablamos como si nos conociéramos de toda la vida. La primera vez que nos vimos el terminó con su cara enterrada entre mis piernas y la segunda fue por asuntos de trabajo, pero el aura que despliega Sesshomaru es de lo más agradable. Él es del tipo de personas en las cuales te sale confiar. —Es un poco extraño—lo miro confusa. —¿Qué es extraño?—pregunto con las manos recargando mi cara. —Que no intentes verte como la mujer más buena que hay, también que no estés halagándome como si fuera un Dios—me dice con una sonrisa. —¿Es lo que hacen todas las chicas con las que sales?—pregunto. Investigué sobre él y es todo un casanova, pero no es del tipo que engaña para conseguir acostarte contigo. Él es sincero. Una de las cualidades que más me gustan en un hombre. —En su gran mayoría si, las otras solo intentarían llevarme a la cama para que me enamore de ellas y luego me case y así salir en todos los medios como la mujer que me logró enamorar—asiento lamiendo mis labios. —Puedes estar tranquilo, no busco nada de eso—le digo con una sonrisa. —Me doy cuenta de eso—niego divertida y nos traen comida. —¿Entonces estabas en prisión?—pregunto muy divertida. —Está loca, ella fue la causante del escándalo de Inuyasha y trataba de averiguar la verdad y me acusó de acoso—me carcajeo—está loca de verdad, dijo que era su ex esposo y que no la dejaba en paz—bebo un poco de agua para calmar la risa—y mandó a que un chico me robe—mi risa es tan escandalosa que muchas personas dejan de comer para mirarme reír—es todo un caso—termina de decir y respiro fuerte. —Tal vez ustedes son un poco gilipollas con ella—el me mira serio. —¿Cómo nos llamaste?—pregunta con un tono que me hace temblar. —Gilipollas—él niega y lame sus labios. —No me gusta que me digan gilipollas. No sabes cómo me gustaría estar en otro lugar contigo y enseñarte cuan gilipollas puedo ser—cruzo mis piernas y me siento acalorada por lo que recojo mi cabello. —Pero no estamos en otro lugar, tampoco voy a dejarte estar en mis piernas como si nada. Ese día estaba con alcohol en mi sistema y con unas ganas horribles—él asiente en comprensión. —Al parecer eres sincera también—me encojo de hombros. —¿Qué quieres de mi Sesshomaru?—pregunto dejando a un lado la comida. —¿Siendo sincero?—pregunta mirándome a los ojos. —Siendo sincero—respondo. —Quitarte esa camisa y el sujetador que llevas para poder ver por primera vez las lindas tetas que apuesto tienes. Luego esa falda y recorrer con mi lengua tu cuerpo, quiero desnudarte y hacerte mía hasta que las ganas que te tengo desaparezcan. Quiero saber más de ti ya que por alguna razón es agradable esta primera vez que hablamos solo nosotros. Lo estoy pasando bien justo ahora. Quiero eso Rin Hitashi—trago en seco porque nuevamente lo directo que es me deja un poco desalmada. —Joder—susurro con calor—tu si sabes cómo encender un momento—él me sonríe. —¿Tienes novio?—pregunta y luego come un poco. —No tengo, estoy sin compromisos—sus ojos me observan con determinación. —Parece mentira, eres una mujer muy hermosa—dejo que la brisa fresca me alborote el pelo recogido. —Tal vez no ha llegado el indicado que me haga enloquecer—me encojo de hombros—simplemente no he encontrado alguien que me haga atarme a él—él sonríe. —¿Y si te llegas a enamorar de mí?—pregunta dejando de comer para poner los codos sobre la mesa y mirarme en espera de una respuesta. —¿Y si tú te enamoras de mí?—le pregunto con una sonrisa. —No soy de esos hombres que le da miedo el amor, si me enamoro de ti creo que sería algo muy interesante—responde. —Lo mismo de mi parte—le respondo—además de que creo que habría mucho sexo en nuestra relación—él me sonríe. —Me gusta cómo suena eso, mucho sexo entre nosotros—niego muy divertida. —Eres un pervertido ¿te lo han dicho?—el niega. —Creo que eres más pervertida—me dice—niega que estas imaginándonos tener sexo—me dice con normalidad. —Eso no me hace una pervertida—le digo con normalidad. —Sería interesante tener un montón de sexo contigo—bebo un poco de agua. —Sería interesante—me levanto—pero ahora me tengo que ir, voy tarde y mi mejor amiga se preocupara si no llego pronto—le digo. —Llámala—muerdo mis labios. —Me quede sin carga—me pasa su teléfono. —Llama desde el mío—asiento y marco. Varias veces y el celular no lo toma. Me preocupo de inmediato, ella es de las que toma las llamadas mías de inmediato y más cuando es tan tarde de la noche. —No responde—le digo preocupada. —Tal vez está dormida—me dice para calmarme. —Me tengo que ir, no creo que sea eso—él asiente. —Te acompaño—niego de inmediato —Fue un placer hablar contigo—me acerco y dejo y beso muy despacio en la comisura de su labio—adiós Sesshomaru—sin esperar respuesta corro hasta mi auto y me pongo en marcha. Al llegar a casa abro mis ojos con horror. La casa esta como si un huracán paso por ella. —Ayumi—la llamo y escucho gritos provenientes de su habitación. —¡ERES MI NOVIA!—escucho al bastardo hablar—¡TIENES QUE CUMPLIRME!—el llanto de mi amiga se escucha. —Déjame en paz por favor—abro la puerta de su habitación y me encuentro con el bastardo encima del cuerpo de Ayumi. Ella solo tiene un pantalón corto y está en sujetador. La sangre me hierve por lo que con una fuerza que no conocía de mi agarro por la camiseta a ese hijo de puta y lo hago caer al suelo. —¿Estas bien?—le pregunto a mi amiga quien esta bañada en lágrimas. —Rin—murmura con voz rota. —Este asunto no es tuyo perrita—me dice el levantándose. Me acerco a él y mi puño impacta en su estómago de manera veloz, pero como sé que eso no le hará nada mi pierna se dispara a su entre pierna. —Ayumi sal de aquí—le digo y ella niega. —No te dejare sola con él—la miro a los ojos. —Llama a la policía—ella asiente y sale corriendo, en un descuido él me choca contra la pared y mi espalda me grita: Perra esto dolerá como el infierno mañana. Veo su puño venir rápido a mi rostro, pero antes de que impacte a mí él sale volando. —Al parecer voy a ser tu príncipe azul por hoy—abro los ojos al ver a Sesshomaru con una sonrisa en la habitación de Ayumi—ahora, me encargare de la basura preciosa—no digo nada y solo le sonrío. —Todo tuyo—él me sonríe y da la vuelta. —Esto es entre hombres—le dice al bastardo que nos mira con odio.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD