CAPITULO XXIV

1137 Words
J: Estoy embelesado en la v****a de mi mujer desde la primera vez que la vi quise estar con ella toda mi vida, pero en ese tiempo estaba con Stivens y hoy en día es mía y solo mía, le agradezco a la vida por eso, ser yo la única persona que le da el placer que se merece. Después de ver que se viene y saber que es por mí subo lentamente a sus labios y la beso  para que pueda sentir y saborear sus fluidos, que sepa que es así de rica como se ve, recorro su cuerpo con mis besos dejando a su paso un sendero de caricias, que sepa que es una mujer amada y que no volverá a sufrir. Luego de besarla la arrastro con mis manos hasta el borde de la cama y quede a mi altura, le abro las piernas e introduzco de golpe mi m*****o y quiero que sienta que está conmigo me aferro con mis manos sobre sus caderas y hago que con ellas golpee mi pelvis, estamos en un vaivén de sexo que me encanta, me encanta verla desde acá arriba siendo poseída por mí y que ella lo disfrute tanto como yo, sigo dándole en esa posición sin parar, en ese momento le doy la vuelta y sin sacar mi m*****o, ver su culo desde aquí es sin duda el mejor de los paisajes, pongo mis dedos pulgares en dos pequeños orificios que se le hacen en su espalda baja es mi guía, masajeo esa parte para que se estimule y sigo penetrándola sin parar, que rico se siente estar dentro de ella. Estoy por llegar pronto, lo veo venir pero no quiero me niego a dejarla así, siento que está en su punto máximo y ella aún ni rastro de venirse y correrse para mí.   -          Oh, que rica eres mi amor – digo ya sin poder evitar con gime y ver su cara sonrojada, le doy un azote en el culo y de inmediato se le hace la figura de mi mano en la misma, acelero mi ritmo ya me vendré, pero no la dejaré así, mi v***a estalla dentro de ella con una explosión de semen y salgo lentamente de ella para descansar un momento. L: sin saber controlarme y ver como golpea con mis caderas su pelvis y me lo introduce todo hasta tocar mi pared vaginal y está recubrir todo su m*****o, veo que me agarra y de un solo movimiento queda mi rostro en las sabanas y ahora quedo mi culo expuesto ante él, me quiere reventar la v****a sin parar desde todos los ángulos, posa sus grande manos sobre mi cadera y con sus pulgares los coloca en mis hoyuelos de sacro, ohh me encanta gemir fuerte cuando hace eso, masajea mi espalda baja y lo hace de maravilla y sin detenerse que es lo mejor, sin duda me hacía mucha falta sentir su v***a en mis adentros la siento tan dentro de mí que mi abdomen golpea contra la misma, siento que ya se va a venir ahora su ritmo es mucho más rápido, llegará pronto, y su azote me lo advierte aún más, se viene y siento un rio caliente recorrer toda mi cavidad vaginal, sale lentamente de mí y queda un hilo de su semen escurriéndose de mi v****a, parece un rico postre de leches. No quiero dejarlo así y apenas toca la cama me bajo hasta su v***a y con mi lengua limpio los restos de su semen de ella y lo saboreo, la dejo limpiecita y reluciente, no se lo esperaba ya está un poco más flácida pero aún sigue de pie como en la guerra, luego de terminar de limpiarlo y subir dando besos por su abdomen quedo a su lado, su pecho sube y baja jadeante y cansado, la respiración está un poco irregular y acelerada, de a poco se va calmando y su respiración se logra calmar, con sus hermosos ojos me ve y quiere hablarme con los mismos. -          ¿Te he dicho alguna vez que te amo tanto como a mi propia vida? – me dice cuando por fin se calma y no esta tan agitado. -          Si mi amor, a diario. – le respondo para calmar las ansias que hay en su tono. -          Quiero que nunca lo olvides. – se acerca y me da un beso, y me arrastra hacía su pecho para estar más cerca de él, logro como su corazón retumba y no para de galopar como un caballo en la última sección de su carrera llegando a la meta y a ganar. -          Nunca lo haré cariño, gracias por estar para mí y por todo lo que por mí has hecho. Nos quedamos dormidos no sé en qué momento la última vez antes de ver el reloj eran las diez de la noche cuando terminamos de coger, me levanto en la madrugada vuelvo a ver mi reloj y son pasada las dos de la mañana, quiero bajar por agua le digo y después de soltarme del nudo en que me tenían los brazos de mi esposo e intentar bajar de la cama, me dice entre murmullos que le traiga un poco para él, agarró mi saco de pijama y bajo a la cocina tomo un poco de agua luego subo y traigo conmigo una jarra de agua con hielo y un vaso, voy en silencio para no despertar a nadie, llego a la habitación y mi esposo parece haberse quedado dormido, dejo la jarra en la mesa de noche y me vuelvo acostar, pero en cuanto nota mi presencia se levanta y me pregunta por el agua. -          ¿Pudiste traer agua mi amor? – me dijo con voz ronca     -          Si cariño, ya te doy un poco. – tomo la jarra y el vaso y le sirvo medio vaso de agua y se lo doy, en cuanto se lo doy lo toma todo de un solo trago y me pide más, le vuelvo a servir, pero esta vez le lleno el vaso y se lo toma todo de nuevo. -          Lo siento guapa, estaba sediento y necesito recuperar energías para poderte echar un polvo de nuevo, y cogerte cómo te gusta ¿me permite mi bella dama volver a poseer su cuerpo nuevamente como si el mañana no existiera y esta fuera nuestra última noche? – en cuanto soltó de golpe esas palabras mi cuerpo se volvió a encender. -          Sabes que amo un buen polvo en la madrugada, siempre estoy lista si quieres levantarme a media noche y cogerme rico, entonces la respuesta es un rotundo y hermoso SI.    Volvimos hacer el amor rico y delicioso como solo él me lo sabe hacer, sin nunca faltar mi buen azote en el culo
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