Para continuar con mis días agitados, que gracias a mi pequeña meta, mis ambiciones y la presión que mi jefe ha ejercido sobre mí, salgo corriendo del baño del consultorio del hospital donde trabaja Alejandra, dejándola a medias, pero con la promesa de que lo que empezamos lo terminaremos por la noche. Bajo de prisa a la recepción, el hospital es algo grande así que es fácil perderse un poco por las escaleras. Antes que nada quizá deba aclarar que el elevador no sirve. Voy a puras prisas, tengo que llegar rápidos a la delegación y averiguar porqué de nuevo se han llevado a Black a la delegación. No sé qué tan rápido voy corriendo, que no escucho con claridad la voz que me llama a la distancia, hasta que estoy por llegar a la puerta de la salida y de nuevo su voz vuelve a gritar, pero est

