CAPÍTULO OCHO
Márquez y Gioradze se encontraron en el bar del aeropuerto de Orly. Habían transcurrido varias semanas desde la última vez que se habían visto y, en el tiempo transcurrido, ambos habían estado planificando por separado la siguiente fase de la operación. Ambos se veían sanos y en forma. Para el observador casual, podían pasar por dos representantes de ventas de viaje, con trajes de vestir, abrigos de invierno y maletines de trabajo.
Su estrategia había funcionado perfectamente. Eliminar primero a los agentes rusos menos notorios: un diplomático de bajo rango sin importancia, un banquero sin perfil y un empresario del que prácticamente nadie estaba al tanto, de forma que podían moverse relativamente sin obstáculos contra los objetivos más prominentes.
Durante las últimas sem
