POV DE CAMILO Se lo he dicho. Le he confesado que le quería, que la amaba, pero ella sigue observándome sin decir nada, hasta el punto de hacerme desesperar. Sus ojos profundos como océanos inexplorados, permanecen fijos en los míos mientras un silencio ensordecedor se extiende entre nosotros como niebla espesa en una mañana de invierno. Los segundos se convierten en eternidades y cada instante que pasa sin escuchar su voz es como un cuchillo que se clava lentamente en mi alma expectante. Siento que todo mi ser se desmorona bajo su mirada enigmática, esa mirada que ha sido mi norte durante tantos años y que ahora no me revela absolutamente nada de lo que ocurre tras esos ojos que tanto he admirado. —Di algo, Bex —suspiro profundamente mientras la tengo agarrada de ambos brazos. M

