El mismo día
Alameda
Elizabeth
Nunca pensé que me dejaría llevar por mi corazón de esta forma, sí se llega a enterar mi padre de que soy la mujer de Edward se muere, porque él siempre me ha dicho que una mujer debe llegar virgen al matrimonio y las que no lo hacen son unas rameras, pero para mí no es una vergüenza entregarme por amor, aunque no esté casada todavía, en fin, ahora solo disfruto de estar en los brazos del hombre que amo mientras mi mano roza su pecho hasta que me la sujeta para besar su dorso.
–Elizabeth deja de rozarme de esa manera porque nunca saldremos de la cama sí sigues haciéndolo.
–Edward ¿Es una amenaza? Porque no importa quedarme contigo todo lo que resta del día.
–Mi malcriada no me tientes porque no solo bastará con lo que queda del día, quiero más, ¿Amanece
