Adelaide
Me desperté con la extraña sensación de ser observada y me senté sobre la cama con la necesidad de revisar puertas y ventanas. Cerré la ventana de mi habitación primero, porque también estaba trayendo el frío de la noche a mi cuarto y entonces fui a cerrar la puerta; pero sentí que debía checar primero el corredor. Cuando salí a mirar, escuché pasos al final del pasillo, los que bien podrían ser causados por los empleados. Entonces revisé la hora en uno de los relojes de pared que tenía en el pasillo, ya eran las once de la noche, se supone que ya nadie debía estar trabajando dentro de la casa. Por eso, tomé una lámpara de decoración como mi mejor arma y caminé hacia el sonido de los pasos, no fue mi mejor idea francamente.
Me acerqué con cuidado, con el conocimiento de dónde pi
