Capítulo 5

2018 Words
Dan Desde el momento que estuvimos esperando en el estacionamiento sentí que había algo extraño, me sentí observado todo ese tiempo y por ello mismo, detuve cualquier tipo de indagación que se desarrollara en mi cabeza. Estaba allí para proteger a Adelaide Kraus y no quería arruinar mi trabajo, mi historial iba a mantenerse impecable sin importar qué. Primero vi tres hombres al otro lado del estacionamiento mirándonos de reojo, así que le hice una señal a Tom, el conductor asignado para ese día, de modo que estuviera preparado por si ocurría algo extraño. Sin embargo, los hombres subieron a un auto oscuro y salieron de allí poco tiempo después, pero dejaron una sensación extraña en el ambiente, así que pregunté a otro equipo donde se encontraban y descubrí que Adelaide había dado otra orden sin mi conocimiento. Cuando ella finalmente regresó, estaba acompañada de dos personas más, una mujer de buen parecer que usaba tacones bastante altos, después de mirarla un poco más la reconocí como la abogada principal de la familia, Sarah me había hablado de ella alguna vez, como una mujer de carácter fuerte y bastante tenaz, a su lado estaba quien me pareció era su hijo, puesto que tenían rasgos parecidos y el mismo color de cabello castaño, era él quien se veía más cercano a Adelaide, y quién luego me miró de forma extraña, un poco desafiante. Adelaide terminó su breve conversación y se dirigió hacia nosotros, por lo cual movilicé mi equipo para que todos se pusieran en acción. Desde allí, todo empeoró, ya que cuando salimos del edificio, noté que un auto empezó a seguirnos.  Después de unas cuantas calles y ningún giro o desvío, el auto que iba detrás de nosotros era cada vez más sospechoso. Estuve mirándolo por un largo tiempo, hasta que noté su parecido con el auto en que se fueron los tres hombres que nos miraron extraño. Entonces, le indiqué al conductor que diera unos cuantos giros para ver la reacción del auto sospechoso, en cada uno de los giros nos siguió, así que le pedí que entrara a una autopista grande para perderlos; pero no importa cuantos giros dieramos, ellos nos pisaban los talones, y después de muchos intentos fue claro para mí a qué nos enfrentábamos. Revisé la aplicación de mapas de calles y vi que en poco tiempo llegaríamos a una calle con mucho tráfico, lo cual no sería bueno para nosotros, quedarse quietos en un solo lugar con un enemigo detrás, sería entregarle la presa al depredador al instante. Por lo tanto, tuve que revisar el mapa de forma rápida y elegir un nuevo camino para nosotros, el cual le indiqué de forma silenciosa a Tom, porque no quería asustar a Adelaide. Al tomar la decisión de que era necesario buscar una forma de llegar a un lugar seguro, tuvimos que tomar varios desvíos e ir a toda velocidad para perderlos, pero ambos conductores, tanto Tom como el enemigo tenían muy buenas habilidades. En cada giro ellos nunca perdieron el nivel de velocidad, de repente empecé a creer que ellos ya sabían que camino tomaríamos, porque no encontraba vacilación en sus movimientos, lo cual se me hizo aún más extraño, así que dejé de mirar el teléfono, con el mapa memorizado en mi mente y llegando a una zona de la ciudad que conocía mejor, ya que temí que tuvieran conexión a mi teléfono. Por otro lado, me preocupaba que la confrontación pudiera subir a otro nivel que incluyera armas, de modo que dejé la cinturilla de mi pantalón al descubierto para poder desenfundar el arma en cualquier momento. Entonces, no dejé de revisar el espejo retrovisor y todos los edificios a nuestro alrededor, porque también podríamos haber sido guiados a un punto estratégico para una emboscada.  Con el mal presentimiento en la boca de mi estómago y mis instintos advirtiendo sobre un posible ataque, desenfundé mi arma de inmediato y apenas pude advertir a Tom justo minutos antes de ver un brillo sospechoso en una de las ventanas de un edificio, que estábamos a punto de pasar en ese momento. Fue solamente un segundo en que pude reconocer que se trataba de un arma y ciertamente habíamos sido dirigidos hacia una gran emboscada, así que mi boca se abrió para advertir de inmediato a todos. —Todos abajo —advertí y apunté mi arma hacia el lugar exacto donde vi el brillo del arma en el edificio, justo cuando la bala del enemigo impactaba en un costado del auto —. Ve más rápido, necesitamos volver a la autopista, nos han traído a una emboscada —, dije a Tom con presura y me preparé para disparar de nuevo, no muy seguro de haberle dado al francotirador. —Sí, señor —respondió él de inmediato, mientras presionaba más fuerte el acelerador y hacía dar al carro un giro bastante brusco para cambiar de dirección y evitar cualquier posible bala ya direccionada. Del mismo modo, hice unos cuantos disparos de vuelta al edificio con el auto en movimiento y ajustando mi posición una y otra vez, entendía que posiblemente estábamos demasiado lejos como para que pudiera causar mucho daño al francotirador, probablemente solo le causé incomodidad al darle a los cristales a su alrededor; sin embargo, cada vez recibía respuesta desde el edificio sin falta, haciéndome saber que mi rango de alcance no era suficiente. Por otro lado, el auto que iba detrás de nosotros también parecía prepararse para atacar, así que tuve que empezar a disparar hacia atrás también. Al mismo tiempo, envié un mensaje pidiendo refuerzos, el otro grupo de guardaespaldas estaba más adelante, realizando otras tareas que Adelaide había pedido, porque de paso también éramos sus recaderos o eso parecía. Algo que no nos beneficiaría para nada en ese momento, en el cual estábamos completamente solos a merced de lo que me parecieron mercenarios habilidosos que estaban listos para matar. —¿Qué hacemos ahora? —preguntó la otra mujer, la que seguía a la chica Kraus a todas partes, seguramente si pudiera también la seguiría al baño. —Ustedes dos permanezcan en esa posición —dije, sin mucho ánimo de responder a su pregunta, no había forma de que ella aportara algún tipo de ayuda a la situación, a menos que también trajera un arma consigo y me ayudara a disparar al auto de atrás, si alguien pudiera deshacerse del conductor de atrás sería una gran ayuda. Pero, mientras tanto las balas seguían impactando sin parar y agradecí que el auto fuera de calidad o estaríamos en un gran aprieto, mi objetivo era evitar que cualquiera de nosotros fuera herido.  —Toma esa calle y no pares sin importar que se te atraviese en el camino —ordené y cambié de arma, de paso bajé un poco más la ventana y lancé una granada de humo hacia atrás, para que el auto que nos seguía nos perdiera de vista por un poco de tiempo y del mismo modo obstruir la vista del francotirador, todo para facilitar nuestro escape. En el camino nos estrellamos con algunos contenedores de basura, que seguramente estaban vacíos porque no atribuyeron ningún problema en la velocidad del auto. Aunque algunas cosas se atascaron en el parabrisas, como una cáscara de banano y algunos papeles. Sin embargo, pudimos atravesar la calle y llegamos a la autopista, donde pudimos mezclarnos con los demás autos. Allí nos movimos entre carriles, buscando adelantar algunos autos, mientras nos asegurábamos de que nadie nos siguiera de nuevo. —¿Los perdimos? —preguntó Adelaide. —No estamos seguros, esperemos un poco más antes de celebrar —dije, aún revisando nuestro alrededor. Los minutos pasaron y todo pareció haber regresado a la calma. —Muy bien, pueden levantarse. Las dos se sentaron con comodidad de nuevo, y la chica, llamada Amanda, sacó su teléfono y tableta de debajo del asiento y empezó a trabajar de nuevo como si nada hubiera pasado. Me sorprendió la calma con la que había tomado todo el asunto, entonces miré a Adelaide, quien cerraba los ojos y tomaba un largo respiro con una de sus manos en su pecho. —¿Está bien? —pregunté, mirándola por el retrovisor. —Sí, solamente me agité un poco —respondió con sinceridad. Recordé que me había dicho que su salud no era la mejor y me pregunté si tenía que ver con ello. Tomé una nota mental al respecto para cuidar mejor de ella en el futuro… Me detuve en aquel pensamiento, no era realmente lo que buscaba hacer, debía recordar que ese era un trabajo temporal para acercarme a los Kraus y realizar mi venganza. Cuanto más cerca estuviera de ellos, más fácil sería para mi llevar mi plan a cabo. Adelaide sería un colateral, si es que en realidad era tan inocente como presumía ser. Muchas veces tuve frente a mí personas que alegaron ser inocentes, ser buenas personas, y no eran más que buenos actores. No podía permitirme caer en esa trampa tan fácilmente, mi trabajo apenas comenzaba y las primeras impresiones debían evolucionar a su propio ritmo, para descubrir la verdad de las cosas. Finalmente, devolví el arma a su lugar y mi cuerpo se relajó un poco, solamente lo suficiente. —¿Seguimos el mismo destino? —pregunté con más calma. —Sí, no hay cambio de planes —respondió Amanda. Asentí y fuimos de acuerdo al plan original. En alguna parte del camino el otro equipo se unió detrás de nosotros e intercambié mensajes con ellos, para mantenerlos actualizados sobre la situación y el plan de contingencia. No hubo muchas más charla después de eso, porque Adelaide simplemente observó el panorama por la ventana y de vez en cuando respondía algunas preguntas de Amanda; pero, ese día comprendí a qué peligro se estaba enfrentando mi cliente y al mismo tiempo me llené de dudas y una sola pregunta sin responder, ¿por qué alguien quería a Adelaide Kraus muerta? Era bastante obvio que lo descubriríamos dentro de poco, ya sea si ellos venían a nosotros o yo los encontraba primero, quería aportar por lo último. Así, llegamos a la casa principal e hicimos toda una revisión antes de permitir que la señorita Kraus entrara. No quería correr ningún riesgo, debíamos ser muy precavidos después de aquel ataque. —Tal vez la próxima vez podría no usar a los otros como recaderos —dije cuál do estuvimos dentro de la casa y ella se sentó en un cómodo sofá. —Veo que tiene algunas quejas —dijo de forma tranquila. —Solamente pensaba que lo de hoy pudo haberse evitado o… —Pensar en eso no lo ayudará, lo que pasó ya es cosa del pasado y su trabajo es adaptarse a cada situación, no quejarse por lo que pudo haber sido —dijo de nuevo con serenidad, y no estaba seguro de si se trataba de algún regaño. —No, mi trabajo es sobre cómo idear estrategias y propiciar cambios, para no repetir los mismos errores —rebatí y ella me miró con cuidado antes de continuar. —Veo que se toma su trabajo muy en serio, Daniel —dijo pensativa. —Lo hago —dije de inmediato. Se levantó y se puso frente a mí, a pocos centímetros, era más baja que yo, pero su mirada podía ser bastante penetrante, por un momento me sentí inferior a ella.  —Entonces, ¿por qué siento que no es así? Pareciera que estuvieras listo para odiarme por cualquier motivo… —Creo que como me sienta respecto a mi cliente no tiene que ver con mi trabajo, se me paga por dar un buen servicio y eso es lo que siempre intento hacer. —No sé si sentirme ofendida con su respuesta. —No fue ni una ofensa, ni un complido, simplemente ignorelo y concentrese en el objetivo de esta conversación —dije con tono autoritario. —Me repite el objetivo —pidió de forma muy educada, e intenté no frustrarme; pero tuve el presentimiento de que ella quería hacerme exasperar.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD