Jennifer, sintiendo gracia por la manera intensa en que Stavros la miraba, le respondió con una risita:
—Jajaja, ¿novia?
Stavros asintió, su mirada ardiente clavada en ella.
—Sí, la convertirá en su novia pronto. Pero, en fin, quiero jugar contigo a que eres mi prisionera y yo seré tu carcelario. Te has portado mal.
La pelirroja lo miró de manera intensa y sensual, tomando su taza de capuchino. Sus labios se curvaron en una sonrisa provocativa mientras respondía:
—¿Soy tu prisionera y…tu como carcelario me vas a llenar de mucha leche? —Se sentó en el borde de la cama, abriendo sus piernas de una manera sumamente provocativa—. Mira, estando parada, tu semen se deslizaba entre mis piernas―le mostró como el interior de sus piernas estaba sucio― Estoy muy llena de tus descargas, osito.
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