Así que, sujetó al ardiente y sexy moreno del cuello con sus manos y lo miró ardiente a los ojos, teniendo ella sus rodillas flexionadas casi rozando su rostro dentro de aquel vehículo. ―Di mi nombre, Stav, vamos. Lléname toda―susurró con pasión desenfrenada. Sabía que aquella frase tenía el poder de encender a sus amantes, aunque no se lo decía a Archibald porque o si no, acababa en un minuto de penetración. Cuando veía que Cameron su ex, ya estaba a punto de venirse porque también conocía sus gruñidos, al decirle que se viniera dentro de ella, la eyaculación era instantánea, y él se rendía casi de inmediato. Pero con Stavros, ella disfrutaba del control y sabía que podía llevarlo al límite de su resistencia. Él al escuchar esas palabras y ver cómo Jennifer le agarraba el cuello, Stavro

