«Ah, que sexy, se está quitando la ropa―miró la entrepierna de Stavros―En ese pantalón de lino fino, se le puede notar la gran protuberancia del “Vaquero”, que sexy. Ya veo porque usa tanto negr0 y que para disimular, pero no, se le nota mucho. Ah… voy a amagarlo un poco para que se doblegue más y no me crea tan accesible. Si se va, no me quiere y si insiste en que lo perdone entonces sí puede que me quiera. Vamos a ver qué hace…. Ummm quiero desnudarlo» Carraspeó su garganta y le contestó: ―No lo sé, pero tu arrepentimiento no me pareció muy sincero ―respondió Jennifer con un tono desafiante―. Así que, gracias por la idea, señor Stavros. Voy a llamar a seguridad, no quiero que estés aquí. Decidido a no perderla, Stavros apretó la mandíbula y se dijo a sí mismo: «Ahhh. Vamos al plan C.

