Seguidamente, Jennifer y Virginia salieron del hospital y caminaban hacia los hombres, quienes las observaban con una intensidad cautivadora, generando un ambiente lleno de expectación. Stavros, con las manos metidas en los bolsillos, dirigió su mirada hacia Elian y le advirtió con un tono suave pero firme y autoritario: ―Procura comportarte adecuadamente. No hables de forma tan cruda ni tan callejera y no saques tus bromas sangrientas. Si vas a estar a mi lado, debes ser una persona respetable. Ya no formamos parte de la organización y podemos asustar a estas mujeres. Elian, con una sonrisa sarcástica dibujada en el rostro, sosteniendo la maleta de Jennifer, respondió con un tono desafiante: ―Ay disculpa, señor distinguido, que mató a dos hombres esta mañana jajaja. ―Shhh, silencio

